E
l desfile de ciudadanos paranaenses por la sala velatoria de calle Urquiza fue incesante durante casi toda la jornada del martes. Su hermano de Jorge"Tata" Mockert, no disimuló la tristeza por la irremediable perdida pero se fortaleció con el saludo interminable y el afecto de amigos. En su última morada cantó María Silva, amiga y compañera de las melodías de toda la vida de Jorge Mockert. Fue un momento indescriptible. La tarde se hizo noche, pero el tiempo parecía no pasar para los presentes que permanecían en silencio sin alejarse de la tumba del gran Jorge Mockert.