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a fiscalía de París abrió el 7 de noviembre de 2007 una investigación judicial por “corrupción activa de agentes públicos extranjeros” y “abuso de bien social”, informó una fuente judicial. La Justicia francesa fue alertada del asunto en mayo de 2007 por las autoridades suizas, que descubrieron en 2004 movimientos de fondos hacia “empresas pantalla” del grupo que transitaban por un pequeño banco de Zurich. Estos fondos eran destinados a responsables de marketing de Alstom en Singapur, Indonesia, Venezuela y Brasil, según el diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ), que el martes destapó el escándalo. “La naturaleza de las transacciones y los documentos, que muchas veces eran escritos a mano, llevaron a la conclusión de que había corrupción”, agregó el diario, que cita un informe de la consultora KPMG que descubrió estos movimientos de fondos. “Alstom no es blanco de ningún procedimiento judicial. Unos funcionarios fueron escuchados como simples testigos en el marco de una comisión rogatoria”, se defendió el martes el grupo. En esta etapa de la investigación, Alstom no es acusado de nada particularmente y los jueces financieros Renaud van Ruymbeke y Xaviere Simeoni aún no han inculpado a nadie. Citando a fuentes próximas al caso, el diario señala que Alstom habría pagado 6,8 millones de dólares para propiciar la obtención de un contrato de 45 millones de dólares para la extensión del metro de Sao Paulo. Al borde de la quiebra en 2004, el grupo presidido por Patrick Kron desde 2003 se convirtió en símbolo de la industria francesa especializado en los transportes -trenes de alta velocidad, tranvías, metros- y la energía.