U
n joven mató a su pareja en la habitación que compartía, presumiblemente el lunes por la tarde, y escondió el cuerpo debajo de la cama. Más tarde, fracasó en un doble intento de terminar con su vida. Ayer a la mañana, finalmente pudo autoeliminarse colgándose de un árbol en las cercanías de su casa donde, poco después, fue encontrado el cadáver de la joven. La tragedia comenzó a vislumbrarse alrededor de las 10.30, cuando un vecino encontró en un pequeño árbol ubicado en el sector de la barranca existente en la zona de Ñandubay y República de Siria a un joven del lugar, ya sin vida, colgando desde el cuello con un cable al que previamente había atado a una rama. Gran cantidad de vecinos se agolparon para observar el macabro cuadro. Un llamado anónimo a la policía produjo la llegada a la zona de un móvil de la Comisaría 13ª y más tarde los peritos de Criminalística y los médicos policial y forense, quienes constataron la asfixia por ahorcamiento. La muerte de Jorge Ariel Martínez, de 26 años y domiciliado en el Departamento 70 de la Manzana H, donde vivía con sus padres, no pasó desapercibida para muchos, especialmente para un amigo de éste, quien, ante los policías que llegaron al lugar manifestó que en la tarde del lunes se había encontrado con Martínez. En esa circunstancia le habría manifestado, tras encontrado visiblemente alterado, textualmente: «Hace un rato maté a la Noelia y la tengo debajo de la cama». El muchacho, como es lógico, no creyó lo que su amigo le decía pero por las dudas lo siguió a cierta distancia. Aseguran que dos veces el perturbado muchacho intentó colgarse del mismo árbol donde encontró la muerte más tarde, pero en ambas ocasiones su amigo consiguió cortar la soga y salvarle la vida. Luego comenzaron a charlar y, aparentemente, consiguió hacerlo desistir de la idea de suicidarse. Ya entrada la noche, Martínez se despidió y dijo que se iba a dormir a su casa. Ante lo manifestado por el principal testigo del drama, los policías y el muchacho corrieron hacia la casa de los Martínez manifestándole al padre lo que había ocurrido con su hijo. El dolorido hombre aseguró que no veía a la mujer de su hijo desde la siesta del lunes y que tenía una llave de la habitación. El drama cobró cuerpo enseguida cuando el hombre, el amigo de su hijo y los policías ingresaron y corrieron la cama. Debajo de ella y con signos de llevar varias horas de fallecida encontraron el cuerpo de Noelia Schaff, de 26 años, oriunda del interior de nuestra provincia. Allí comprobaron que lo que le había dicho Martínez a su amigo era la absoluta verdad. La chica había sido estrangulada aparentemente con un cable el que, se conjetura, sería el mismo que utilizó el muchacho para terminar con su vida. Se presume que tras pasar varias horas con el cadáver en la habitación, le quitó del cuello el cable utilizado para asesinarla y, durante la madrugada o muy temprano en la mañana, se dirigió nuevamente al árbol elegido y allí, esta vez, consiguió poner fin a su existencia. En el escenario de la tragedia, lo que comenzó como una versión luego fue confirmado por fuentes policiales. Los jóvenes muertos podrían ser dos nuevas víctimas del submundo de la droga que tantas vidas, directa o indirectamente, ha cosechado y que, seguramente, no serán las últimas. Así se pudo saber que Martínez y Schaff se habían conocido a principios del año pasado en el Hospital Roballos donde ambos se encontraban internados realizando, por decisión judicial, un tratamiento de recuperación para consumidores de drogas. Martínez, se dice, llegó al lugar luego de que fuera denunciado por violencia familiar en las personas de sus padres. Luego de que se conocieran, al parecer, decidieron irse a vivir juntos cuando ambos, sugestivamente, recibieron el alta médica a mediados de diciembre de 2007 y así llegaron a la casa del muchacho. También se aseguró que Martínez ya tenía una mujer con la cual tuvo dos hijos, uno de ellos recién nacido que, hoy por hoy, todavía se encuentra internado en el Hospital San Roque con serios problemas de salud. (El Diario)