C
onvencido de que los escraches públicos son el mejor medio para llegar a su fin, el polémico recaudador bonaerense Santiago Montoya decidió publicar en Internet los nombres de casi 72.000 morosos que ya están en juicio con la Provincia por deudas superiores a los $ 2.000. El 14 de abril, la Agencia de Recaudación Buenos Aires (Arba) que conduce el cordobés había hecho el anuncio. Desde anoche, la nómina está subida a la web y quien quiera ejercitar su morbo impositivo podrá encontrar allí no sólo grandes empresas sino también unos cuantos apellidos famosos; deberá ingresar a www.arba.gov.ar, y hacer un clic en el apartado "Contribuyentes deudores de ARBA". La lista incluye deudas desde 2004 por un total de $ 4.200 millones. La encabeza la firma Transportes Metropolitanos General Roca S.A., con 214 millones en mora. Es la compañía que manejaba el empresario Sergio Taselli y al que el Estado nacional le confió durante años el manejo del ferrocarril Roca, entre otros. El pésimo servicio y, sobre todo, la intención del Gobierno de Néstor Kirchner de volver en participar algunas empresas, hizo que en mayo de 2007 le quitaran la concesión. Las demandas que encaró la Provincia abarcan a los cuatro impuestos bonaerenses: Inmobiliario (el que genera más juicios), Automotor, Ingresos Brutos y Sellos. Y se dan en el marco de una situación financiera muy complicada, más allá de cierto aire que el Gobierno de Cristina decidió darle al gobernador Daniel Scioli, al refinanciarle una parte de la deuda que la Provincia mantiene con el Estado nacional. Una manera de evitar que la gestión de Scioli se empantane antes de arrancar, pero también una buena correa para tener controlados los próximos pasos políticos del ex motonauta. Con esta necesidad de recaudar para paliar el déficit, la Provincia había implementado un plan financiación con "beneficios extraordinarios" hasta el 18 de abril. Luego, con previo aviso, llegó el escrache. Como suele suceder, en ARBA se amparan en el secreto fiscal para evitar confirmar oficialmente si los nombres y apellidos que figuran en la lista coinciden con los de los famosos. Por ejemplo, no dicen si el Settimio Aloisio que aparece allí con una deuda de $ 711.400 es el empresario ítalo-argentino que manejaba las carreras de Claudio Caniggia y Gabriel Batistuta. O si el Marcos Di Palma que debe $ 682.881 es efectivamente el corredor de TC. Tampoco darán detalles de posibles parentescos con el Luis Di Palma que figura en el puesto 2.164 con $ 279.837 en juicio. Si de apellidos repetidos se trata, los Macri se llevan lo suyo. Hay ocho deudores con esa gracia: Nicolás Francisco, Constancia, Domingo Jorge, Salvador, Amalia, Luis Alberto, María del Carmen y Teresa. Es decir, al menos en ésta se "salvan" el empresario Francisco ("Franco" para todos) y sus hijos Mauricio, Sandra, Gianfranco, Mariano y Florencia. Los Macri son superados por más del doble por los "Moyano" bonaerenses deudores. Y hasta hay un Hugo, pero el segundo nombre deja a salvo al líder de la CGT. El "escrachado" es Hugo Marcelo y no Hugo Antonio, como el kirchnerista. Otros apellidos que se repiten y suenan cotidianos: los Trotz y los Constantini. En medio del conflicto con el campo, el Gobierno nacional también debe paladear con gusto que entre los grandes morosos aparezcan frigoríficos y empresas agropecuarias. Un argumento más para criticar a un grupo que, en el discurso oficial, no sólo gana y no reparte sino que encima evade. Otro de los "enemigos" del Gobierno que no está al día con el fisco bonaerense es la petrolera Shell. Cuestionado por sus métodos para recaudar, que contemplan desde abrir cajas fuertes de deudores hasta mandarles cartas a las esposas para recordarles que sus maridos no están al día con los impuestos, Montoya se defiende: "No podemos financiar la evasión de los que pueden pagar y no lo hacen". (Fuente: Clarín)