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i bien hoy está funcionando, el servicio sólo se utiliza para los barcos propios de la Dirección de Vías Navegables. Ésta será la primera vez que abrirá para captar la demanda del sector privado. Sabido es que el comercio exterior continúa en expansión, los puertos se agrandan, las cosechas siguen siendo récord y los buques de mayor tonelaje y calado navegan las aguas del río Paraná. El movimiento de los barcos que navegan por la costa crece día tras día. Esas barcazas (la mayoría con cereales) muchas veces se rompen y necesitan reparación. De allí que se proyectó abrir el varadero. El Director Nacional de Vías Navegables (sección Paraná) Ángel Astrada dijo que éste servirá como astillero, es decir como lugar para reparar las embarcaciones. De hecho se buscará apoyo en el sector privado a la hora de invertir y no se llamará a licitación. “Se hará una compulsa de buenas ofertas. El que ofrezca mayores garantías de inversión, ganará el lugar”. Se estima que en seis meses estará funcionando. Posibilidades Que abra un varadero en la ciudad posibilitará además mano de obra. Se necesitarán caldereros y soldadores. La idea también es que trabajen allí los alumnos de la escuela Nº 100 que hoy egresan del establecimiento con el título de técnicos en construcciones navales. Podrían desempeñarse en el lugar, a modo de pasantía. Astrada anhela que los alumnos puedan aprender tanto como él lo hizo en otra época en la escuela de aprendices, que funcionaba donde hoy está enclavada la escuela Nº 100 (ver aparte). También los alumnos recibirán capacitación. Incluso existe la posibilidad de viajar y visitar otros varaderos más grandes. Hoy el varadero local es chico, tiene apenas 40 metros cuando las barcazas tienen una longitud promedio de 60 metros. Además de posibilitar mano de obra, la iniciativa dará otro color a la zona, hoy abandonada con el paso del tiempo. “Será verdaderamente un puerto”. También generará recursos propios y con éstos se podrán comprar otros barcos para la Dirección que a su vez logrará un mejor desempeño a la hora de controlar el río. Los trabajos de la draga La draga 402 C trabaja a través del sistema dustpan: esto es inyección de agua a alta presión. De esta forma rompe el material sedimentado (arena, barro, limo) lo aspira por una cañería y lo refula a la mitad del río. El miércoles comenzaron los trabajos que se prevé que en 15 días estén terminados si no existe algún contratiempo. La máquina pertenece a la Dirección Nacional de Vías Navegables de la ciudad. Estaba hace cuatro años en Concepción del Uruguay. Allí la repararon. Finalizados los trabajos en la dársena local y después de dragar la toma más antigua de agua de la ciudad se trasladará a Santa Elena y Paso Raigones en el Departamento La Paz. Allí dragarán el puerto con el objetivo de dejarlo en 10 pies, de modo tal de facilitar la navegación de barcazas con cereales (denominadas convoy). La draga gasta mucho combustible. Tal como lo anunció UNO en su edición de ayer, en promedio necesita 6.000 litros de gasoil cada 24 horas, que es la jornada de trabajo. En este momento trabaja 12 horas pero aún restan unos 15 días para terminar. El costo es financiado por el Estado Nacional. De hecho, la Dirección depende de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, de la Dirección de Transporte Nacional y el Ministerio de Planeamiento e Infraestructura. En octubre, 110 años La Dirección Nacional de Vías Navegables surgió en 1898 y en octubre cumplirá 110 años. Hoy se encarga de realiza un relevamiento del río Paraná en sus efluentes y afluentes. Es decir controla el estado barométrico del río, esto es determinar crecidas o bajantes o prever catástrofes. El control de todos los arroyos y lagunas se realiza con embarcaciones propias. Está a cargo de una comisión de 15 personas. Estrada lamentó no contar con las lanchas hidrográficas que tenían antes y posibilitaban un mejor trabajo. “Teníamos dos, pero con el tiempo se fueron deteriorando”. La creación de escuelas de aprendices, estaba destinada a preparar, entre otros oficios, al personal especializado en dragado y balizamiento, dispuesto según resolución del Ministerio de Obras Públicas en noviembre de 1942. La escuela tuvo cinco establecimientos educativos en todo el país. Uno de ellos funcionó en Paraná. Durante más de 25 años, apuntaron al desarrollo educativo y técnico de los trabajadores del sector fluvial-marítimo, con un objetivo integral educacional de preservación de la soberanía nacional, además de la formación de mano de obra calificada, posibilitando una real salida social para jóvenes de extracción humilde. Durante los años 60 poco a poco las distintas dependencias fueron sistemáticamente vaciadas y cerradas. En 1971 egresó la última promoción de la escuela en Concepción del Uruguay. Con ésta se liquidó a una protagonista fundamental de buena parte de los 100 años de historia. (Fuente: UNO)