E
l teniente coronel Paúl Alberto Navone debe presentarse a declaración indagatoria hoy a las 9, en el Juzgado Federal de Paraná, como imputado por su eventual actuación en el robo de bebés durante la última dictadura en el hospital Militar local. En caso de no asistir sin causa justificada, la jueza Myriam Galizzi dispondrá su inmediata detención. Navone prestó servicios en la Sección Inteligencia 122 de Paraná, dependiente del Destacamento de Inteligencia 122 de Santa Fe, a su vez dependiente del II Cuerpo del Ejército con asiento en Rosario. Además, durante 1976 “se encontraba en apoyo del Comando de la II Brigada Blindada” de la capital entrerriana. Así le informó a la Justicia el Comando local del Ejército, además de aportar para la causa los datos personales del imputado y las fotocopias autenticadas de su ficha individual. “Entiendo se mantiene a la fecha lo considerado en cuanto a que, según las constancias arribadas a la causa, puede sostenerse razonablemente que se cuenta con una acreditación básica suficiente respecto de los hechos delictuosos sometidos a investigación, como para sustentar procedente la imputación y citación de Paúl Alberto Navone, requerida por el señor fiscal, bajo su eventual actuación en calidad de autor de los delitos denunciados e investigados”, sostuvo la jueza en el llamado a declaración indagatoria, al que tuvo acceso UNO. Los hechos investigados están encuadrados en los artículos 139 inciso 2 (alteración de identidad de un menor) y 146 (sustracción de un menor del poder de sus padres), ambos del Código Penal. Navone está domiciliado en Calle Pública S/Nº de La Granja, provincia de Córdoba, y debe concurrir hoy “bajo apercibimiento de ordenarse su inmediata detención, en caso de no comparecer a la audiencia fijada sin causa debidamente justificada”. Para tomar los recaudos correspondientes, Galizzi ya a principios de este mes libró oficio a la Policía Federal para que lo identifique en cinco juegos completos de fichas dactiloscópicas y efectúe un “informe de vida y costumbres”. También se estableció su estado patrimonial, con elementos de valoración para que se fijen honorarios, en caso de corresponder. Se espera que Navone aporte datos sobre qué sucedió con los hijos mellizos de Raquel Negro –hoy desaparecida– ya que integró el grupo de tareas que la trajo desde Rosario a dar a luz en Paraná y permaneció con ella durante el cautiverio en la institución de avenida Ejército, según ya declaró el ex represor Eduardo Tucu Constanzo. Esos hechos ocurrieron en 1978. Como se sabe, la versión de Constanzo es que uno de los bebés –el varón– nació muerto, pero esto se contradice con testimonios de ex trabajadores de una clínica de pediatría de Paraná, donde habrían ingresado los dos nenes. De todos modos, el varón padecía serios problemas de salud que le habrían causado la muerte a los pocos días. Según el mismo relato, la niña fue dejada en la puerta de un convento u orfanato de Rosario, en una acción realizada por otros represores. Constanzo nombró a Walter Pagano, ex agente civil de Inteligencia del Ejército, y el teniente coronel retirado Daniel Amelong. Se sostiene que todo este operativo, que terminó con el asesinato de Raquel Negro y la apropiación de sus hijos, fue coordinado por quienes eran en esos momentos los máximos jefes de la represión ilegal en la región: Leopoldo Fortunato Galtieri, Juan Carlos Ricardo Trimarco y Ramón Genaro Díaz Bessone. Además, el traslado de Negro a Paraná para dar a luz se realizó en simultáneo con la Operación México, por la cual el marido de esa mujer, Tulio Tucho Valenzuela, también detenido en Rosario, debía viajar a México y asesinar a la cúpula de la organización Montoneros. A pesar de que su mujer permanecía de rehén en manos de Galtieri y el resto de los represores, Valenzuela, una vez en México, desbarató la operación y denunció públicamente las graves violaciones a los derechos humanos que se cometían en los centros clandestinos de detención rosarinos. Valenzuela también está desaparecido. A la espera de la indagatoria de Trimarco La causa conocida públicamente como Hospital Militar ya entró en su sexto cuerpo, al superar recientemente las 1.000 fojas. Mientras se avanza con las indagatorias, se espera la resolución sobre el estado de salud de Juan Carlos Ricardo Trimarco, el ex hombre fuerte de la dictadura en Entre Ríos. Trimarco no compareció a prestar declaración indagatoria alegando padecer Mal de Alzheimer; pero las pericias médicas realizadas posteriormente por dos integrantes del Cuerpo Médico Forense de la Nación, determinaron que no sufriría esa enfermedad. Para los querellantes, hay posibilidades de que declare en su domicilio y, posteriormente, se disponga su detención. Actualmente actúan como peritos de parte el psiquiatra Luis María Pirro y el médico Alfredo Achaval. Luego se determinará si Trimarco está en condiciones de declarar o no. Por otra parte, a pedido del abogado de Trimarco, Eligio Abel González, se dispuso que los peritos analicen los registros clínicos obrantes en al prestataria Medicus SA, por intermedio de la cual se viene atendiendo el ex comandante de la II Brigada Blindada de Paraná. Carlotto es querellante Por otra parte, la jueza Federal ya resolvió aceptar el pedido de constitución como querellante de Estela Barnes de Carlotto, presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Galizzi consideró “pertinentemente relatados los hechos en que se funda la peticionante y la legitimación como querellante”, aunque se esté “ante sujetos no titulares del bien jurídico protegido por el delito específico”. En consecuencia, Carlotto constituyó domicilio en Paraná y se incorporó a la querella que vienen llevando adelante los abogados Marina Barbagelata, Marcelo Baridón y Gamal Taleb. La titular de Abuelas presentó su petición para ser querellante el jueves 14, cuando visitó Paraná y fue homenajeada en la Cámara de Diputados de la Provincia. (UNO)