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��En ese momento era mi vida o la de él, yo me defendí. En ningún momento lo quise matar” sostuvo Nicolás Zuazo ante el Tribunal de la Sala Nº 2 de la Cámara en lo Criminal de Paraná al finalizar el debate en el que se lo juzgó por su responsabilidad en el crimen de Elías Emeri. Sin embargo, el jurado –integrado por Raúl Herzovich, Jorge Barbagelata y Héctor Vilarrodona– consideró que el imputado “no actuó en legítima defensa porque no hubo agresión” y por unanimidad lo condenó a la pena de 13 años de prisión por encontrarlo autor material de la muerte de Emeri ocurrida el 20 de diciembre de 2006 en el pasillo ubicado entre Longo y Celia Torrá en barrio Lomas del Mirador II. Ayer a las 10 la fiscal de Cámara, Cecilia Goyeneche, y el defensor Matías Argüello de la Vega presentaron sus respectivos alegatos; instancia en que la fiscal cambió la carátula de Homicidio calificado por alevosía con la que llegó a juicio oral y público a Homicidio simple porque el agravante no figuró en ninguna de las etapas previas en las que se instruyó la causa. La Fiscalía La fiscal de Cámara solicitó la pena de 15 años de prisión porque sostuvo que las pruebas recolectadas en la instrucción de la causa, más los testimonios que se escucharon en las dos jornadas que duró la audiencia acreditaron la responsabilidad de Zuazo. Además se basó en el testimonio del médico forense Luis Moyano que realizó la autopsia al cuerpo de Emeri para explicar que cualquiera de los tres disparos eran letales, que fueron disparados casi simultáneamente impactando dos de ellos en flanco derecho y coinciden en que ingresan a una altura de 1.18 metros de distancia de la planta de los pies de la víctima desde atrás hacia adelante; y el cuarto disparo, que le destrozó la cabeza y le causó la muerte por paro cardiorespiratorio por destrucción de masa encefálica, fue realizado a una muy corta distancia. Goyeneche consideró los relatos de los testigos como “verosímiles, gráficos, coincidentes entre sí” y refutó sólo uno, el de Miguel Ángel González porque sostuvo que se comprobó que es pareja de la mamá de Zuazo, Olga Torres. Respecto a la pericia balística del perito del Superior Tribunal de Justicia Antonio Vitali, que reveló que una vaina secuestrada en el lugar del crimen el 20 de diciembre de 2006 fue disparada por la misma arma que disparó una vaina servida que se secuestró en un incidente contra la casa de la mamá de Zuazo ocurrido el 11 de diciembre de 2006 por el que fue imputado Emeri, sostuvo que “nada indica que la vaina secuestrada tenga relación con el hecho que aquí se está juzgando”. Además fue más lejos y expresó: “Sostengo enfáticamente que la vaina hallada no corresponde con el hecho que le costó la vida a Emeri”. La defensa A su turno, Argüello de la Vega solicitó la absolución por legítima defensa y en caso de que el Tribunal rechazara aquel pedido pidió que contemplara la aplicación del mínimo de la pena, de ocho años. Entonces, el letrado hizo girar su alegato en torno a probar que la situación de tensión que vivían los Zuazo ameritaba que el victimario estuviese armado para defenderse. Así, sostuvo que quedó “perfectamente acreditado que se cruzaron, se miraron y Emeri lo agredió”, y citó en apoyo a su versión la vaina servida hallada en el lugar y el dermotest positivo en Emeri, del que destacó que sólo se obtiene del fulminante de un arma que es disparada. También recordó el ataque a la casa de la mamá de Zuazo, la situación de conflicto permanente que se vivía en el barrio “donde todos sabían que existía un problema (entre Emeri y Zuazo)”, los antecedentes de la víctima y la situación de violencia que se vivía en Lomas del Mirador II. Mientras Argüello de la Vega relataba aquellas circunstancias Zuazo con la mirada perdida asentía con la cabeza como un autómata. El defensor apuntó fuerte al contexto histórico social del barrio y sostuvo que los testigos declararon en esta audiencia presionados, puesto que vivían o aún viven en el barrio, donde la familia de Zuazo ya no está y si la de Emeri; y en cuanto al contenido de los testimonios los encontró contradictorios con la versión que dieron en la División Homicidios la noche del crimen y contradictorios entre si. Ahora, a pesar de que intentó convencer al Tribunal asegurando que “nunca tuve intenciones de matarlo”, Zuazo purgará 13 años de prisión en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná.