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os jóvenes policías pertenecientes a la dotación de la Comisaría 9ª de nuestra ciudad salvaron providencialmente sus vidas en la madrugada de ayer cuando, al ver a dos sujetos que se comportaban en forma sospechosa, intentaron identificarlos. Al bajar del móvil, ambos fueron atacados a balazos por uno de los sujetos, quien prácticamente les disparó a quemarropa. Los dos uniformados fueron heridos aunque, afortunadamente, sus lesiones resultaron leves. Los agresores escaparon por un plantío y desaparecieron en la oscuridad de la noche, sin que la posterior búsqueda policial diera resultados. El demencial episodio tuvo su inicio cuando, en una de las habituales recorridas de prevención del delito, el móvil 88 de la Comisaría 9ª, transitaba un tramo de tierra de la calle Selvas de Montiel al final, al mando del oficial subinspector Hernán Cortés, a quién acompañaba el chofer, cabo 1º Omar Bruno, pertenecientes a la dotación de la seccional antes mencionada. Cuando el patrullero marchaba por la zona del arroyo que cruza dicha calle, con sorpresa los uniformados observaron la más que sospechosa presencia de dos sujetos que caminaban presurosamente y sugestivamente, con sus cabezas encapuchadas, presumiéndose que se disponían a asaltar alguna vivienda de la zona. Esto fue suficiente para que los policías les dieran la voz de alto para identificarlos. Cuando el patrullero detuvo su marcha y como esperando que los policías descendieron del vehículo, uno de los sujetos, semioculto tras su compinche, extrajo de entre sus ropas un arma de fuego de grueso calibre y, sin ningún tipo de comentarios u amenazas, disparó en varias oportunidades y desde muy corta distancia. Los policías ni siquiera pudieron intentar sacar sus armas reglamentarias para defender sus vidas y repeler la inesperada agresión. Los disparos fueron certeros y el oficial Cortés cayó alcanzado por dos proyectiles, uno en su mano izquierda y el restante en el muslo de su pierna izquierda. Al suboficial Bruno no le fue mejor, ya que uno de los balazos le impactó en el brazo izquierdo. Tras el ataque los desconocidos emprendieron la huida hacia el este a través de un sembradío de girasol existente a la vera del camino. A pesar de sus heridas y ante la mirada de los vecinos que comenzaron a salir de sus viviendas, alertados por las detonaciones, los policías dieron la voz de alarma llegando al lugar minutos después móviles de distintas dependencias, siendo trasladados al Hospital San Martín. Allí los médicos de guardia comprobaron que las heridas sufridas eran de carácter leve y tras recibir atención médica fueron trasladados a una clínica céntrica, donde quedaron internados en observación y fuera de peligro. Simultáneamente, desde el Comando Radioeléctrico y de la Jefatura Departamental Paraná, se concretó un fuerte operativo de búsqueda por todo el sector pero, a pesar de ello, los delincuentes consiguieron darse a la fuga. En el lugar del ataque trabajó también la Dirección de Criminalística, cuyos peritos consiguieron localizar cápsulas servidas 9 Mm., comprobándose además que el móvil policial había recibido un impacto de bala que tras rebotar en el capot astilló el parabrisas del rodado, a la altura del conductor.(El Diario)