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demás reclaman la devolución de los débitos aplicados sobre las facturas puestas al cobro, y que en todo 2006 significaron unos $ 3,5 millones. Las clínicas volvieron a plantear al Instituto Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (Iosper) un ultimátum: si en los próximos dos días no consiguen llegar a un acuerdo respecto a una recomposición de aranceles, desde el jueves los 250 mil afiliados del organismo quedarán sin cobertura sanatorial. La medida supone que desde ese momento serán considerados como pacientes particulares, lo cual significa que deberán abonar de su bolsillo la atención que reciban. La demanda ya la habían hecho pública hace cuatro días, aunque en medio las autoridades de la obra social apresuraron un encuentro que se concretó el viernes, al cabo del cual pareció que la tensión se había disipado, pero ayer las clínicas dieron un portazo. En realidad, en agosto los sanatorios comenzaron las negociaciones con el Iosper en procura de alcanzar un convenio que rigiera a partir de noviembre último. Entonces, ya habían adelantado su pretensión de que se les reconocieran aumentos que absorbieran la disparada de los costos. En sucesivos encuentros con autoridades de la obra social, acercaron una serie de borradores, y en el definitivo pidieron un aumento promedio de entre el 25 al 40 %. Como hasta ayer no recibieron respuesta satisfactoria, y con un convenio prestacional vencido, decidieron endurecer su posición, y fijarle un plazo a la obra social: si antes del jueves no hay contestación, darán por caído el contrato que los une, y que hoy está en período de prórroga. La Asociación de Clínicas y Sanatorios de Entre Ríos (Acler) le hizo llegar a la conducción del Iosper una nota de una carilla en la que dan cuenta de la decisión adoptada por las clínicas de dar mandato a los dirigentes de la entidad “para que realicen algún acercamiento, y en caso de no obtener una respuesta acorde a los intereses del sector, considerar a los afiliados del Iosper, ante la inexistencia de convenio, como pacientes particulares a partir del día 10 de enero de 2008”. Pero además, los sanatorios rechazaron la propuesta del Iosper de extender el actual convenio hasta fin de mes. En ese sentido, el texto de la nota subraya que “desde el 31 de octubre de 2007 el convenio se encuentra vencido, y han sido infructuosas hasta la fecha las reuniones realizadas para darnos un nuevo marco contractual, dilación ajena a la vocación de nuestra entidad, es imposible aceptar cualquier propuesta de continuar la prestación de servicios mediante una prórroga de contrato en idénticas condiciones, sin reconocer ningún ajuste de valor de los aranceles”. Pero además, rechazan los “débitos” que le aplica la auditoría de la obra social sobre las facturas puestas al cobro. Según evaluó Carlos Navarro, secretario de la Acler, durante 2006 esas quitas significaron una cifra de 3,5 millones de pesos, y en lo que va de 2007, las mermas en los pagos efectuados por la obra social se ubican en torno a los 2 millones. Miguel Barbará, presidente de la cámara que agrupa a las clínicas, dijo ayer, durante una rueda de prensa en la que se anunció lo resuelto por los prestadores, que en los últimos dos meses han sido incesantes las reuniones en procura de evitar llegar al corte de prestaciones. “Hemos demostrado buena voluntad y disposición al diálogo. Pero de parte de la obra social no hemos recibido el mismo trato. El viernes nos reunimos, y ante nuestro pedido de aumento, nos ofrecen cero, nada”, señaló. El dirigente sostuvo que el pedido no es “lineal” sino que los aumentos se aplicarían de manera diferente según los distintos módulos prestacionales, aunque ante la pregunta puntual de EL DIARIO, sostuvo que el pedido de aumento varía entre el 25 y el 40 %. No obstante, las clínicas aceptarían seguir negociando si la obra social accede a un incremento del 20 %. “Necesitamos que pongan un poco más de plata para prorrogar la vigencia del convenio viejo. Hay que decir que el nuevo convenio está técnicamente avanzado, pero que sería imposible de aplicar antes de marzo. Pero nos enfrentamos al capricho de que no nos quieren ofrecer ninguna mejora”, señaló. Pero en la obra social reiteraron las estrecheces que les impone el presupuesto. “Ellos están pidiendo un aumento de aranceles de un 40 %, y nosotros estamos en condiciones de ofrecerles un 10 %. Más de eso, no”, dijo Inés Panozzo, la directora del Iosper que sucedió al municipal Hugo Vázquez, quien dejó su cargo para ocupar una banca en la Cámara de Diputados de la Provincia. En el Iosper aseguran, además, que el pago a las clínicas no ha sido siempre uniforme, sino que ha venido aumentando en el último año. Así, entre 2006 y 2007 hubo un crecimiento de casi el 40 %, ya que en noviembre de 2006 la obra social pagó prestaciones por 2.213.000 pesos, y en igual mes de 2007, esa cifra subió a 3.142.000 pesos. Además, sostiene que de los 14 millones que gasta el Iosper en forma mensual, un 45 % lo absorbe el segundo nivel de atención, que son las clínicas. Pero por fuera de esos números, el tiempo comenzó a correr para las autoridades del Iosper, que en dos días deberán ordenar un entuerto que amenaza a dejar sin cobertura sanatorial a un cuarto de la población de Entre Ríos.