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��Es mi primer hijito literario”, remarcó entusiasmada la autora de esta publicación que “trata de rescatar aquellas cosas que tuvieron que ver con una sociedad, con una cultura, con una época muy distinta, con todo el pasaje inmigratorio, no solamente en la provincia de Entre Ríos sino también en la Argentina toda”. El proyecto se trabajó bajo la órbita del Programa Identidad Entrerriana, que llevan adelante el Gobierno de la provincia de Entre Ríos junto al Consejo Federal de Inversiones, en su tercera etapa de desarrollo. “Me pareció interesante rescatar esta memoria colectiva que se transmite oralmente de generación en generación, algunos recuerdos de infancia muy personales, las imágenes que muestran familiares en fotografías, cuestiones que tienen que ver con cada una de las familias pero también con la conformación de una sociedad que ya no tiene esas formas o modos de encontrarse, de organizarse, de convivir” explicó Artázcoz del material, en el que se encuentran dibujos, fotografías y relatos, cosas que “hoy ya no están, y me pareció significativo, esto que marcha, que transcurre, pero que evidentemente más que en la memoria no se pueden tener”. La escritora agregó en este sentido que “son objetos, formas, oficios, espacios físicos, arquitectónicos, modas que ya pasaron”. La tabla de lavar, soldaditos de plomo, el sifonero, el colchonero, el sastre, ballenitas, la yapa, mantillas, el altillo, el luto, comadronas, y mucho más, se recrean en las páginas de “Mudanza de olvidos”. “Los ‘olvidos’ de este libro son aquellos que aún se evocan con nostalgia, se los anhela, se los rescata de su polvorienta soledad, con el convencimiento de que pertenecen definitivamente a un mundo de realidades lejanas” reseñó Artázcoz. “Como narradora, fui testigo y escucha a la vez, y quise almacenar estas imágenes de una época que coloreó una forma de sentir y ser de nuestros antecesores y que ocupando algún lugar en la memoria colectiva están atentas a retornar ni bien las convoca la emoción” señaló luego. En relación al trabajo en si, la autora comentó que “fue un proyecto que llevó ocho meses con un diseño muy original que incluye sellos, fotografías, rescate de imágenes y textos adicionales que tienen que ver con esto”. En casi 80 páginas se encuentran “crónicas subjetivas mezcladas con recuerdos personales y familiares”.