P
ersonal de la Dirección Homicidios trabajó para dilucidar las causas por la que Pedro Demartín, de 45 años, recibió un disparo presumiblemente de una pistola calibre 9 milímetros en la nuca, que le produjo la muerte un día después como consecuencia de la grave herida que el produjo el tiro efectuado casi a quemarropa. Como consecuencia de las tareas investigativas que iniciaron los efectivos de Homicidios, ayer a la mañana se secuestró un auto que fue visto en inmediaciones de la zona horas antes del hecho. La jueza de Instrucción en turno ordenó que se realicen pericias en el rodado con el fin de obtener información para esclarecer el hecho. Según informaron desde la comisaría de La Picada, el hecho ocurrió el domingo 30 en una vivienda ubicada sobre la ruta nacional Nº 18 en Espinillo Norte a la altura del kilómetro 24, cuando Demartín arribó a su casa junto a su esposa, que está embarazada de ocho meses y su hija de 11 años. Según informó la Policía, la mujer relató que la familia arribó a la casa alrededor de las 23 en una camioneta Ford Eco Sport y Demartín dejó a su esposa e hija en la parte de adelante de la vivienda, en tanto que él se dirigió al fondo, distante unos 50 metros, a entrar primero otro vehículo y luego la camioneta. En ese momento se escuchó una fuerte detonación que asustó mucho a la mujer y a la niña, quienes se encerraron en la vivienda y a los gritos llamaban a Demartín. Como este no respondía la mujer decidió llamar por teléfono a sus familiares que viven en frente cruzando la ruta. Cuando estos llegaron y se dirigieron al galpón donde guardan los vehículos se encontraron con De Martín en un charco de sangre, moribundo. Inmediatamente los vecinos y familiares que asistieron al llamado de la mujer decidieron trasladarlo de urgencia al hospital San Martín, donde se estableció que presentaba una herida de arma de fuego en la nuca con pérdida de masa encefálica, y que a pesar del esfuerzo de los médicos por salvarle la vida murió el lunes a las 18.45.