E
l gobernador electo de Santa Fe, Hermes Binner, se manifestó con duros conceptos contra la pesca comercial-industrial en el río Paraná, calificó de “usureros” a los frigoríficos del ramo y vaticinó que con la explotación indiscriminada “nos vamos a quedar sin peces. Esta consecuencia -dijo- será “peor para todos”, menos para las industrias, que ante la falta de materia prima no harán más que “levantar campamento e irse”. Binner efectuó estas declaraciones en Reconquista durante un diálogo radial con el presidente de la Comisión de Pescadores Comerciales de Puerto Reconquista, José Luís López, quien también coordina la REDEPESCA en Santa Fe y es miembro del Consejo Provincial pesquero. Están colando el río El futuro gobernador explicó que “pasando un colador al río nos vamos a quedar sin peces y será peor para todos, menos para los frigoríficos que hacen sus grandes ganancias, se llevan todo y después se van”. “Hoy no hay ningún caso en el mundo de un río de llanura que tenga explotación de su fauna. Se han vaciado todos. Y no es culpa de los pescadores sino de una falta de política que de trabajo digno a la gente”, puntualizó. Cambios Aunque el gobernador electo se comprometió a seguir con los subsidios, adelantó que habrá cambios en la política oficial de explotación de la fauna pesquera. Binner calificó de “usureros” a los empresarios que están usufructuando del río. “Los peces les pertenecen a todos, y ellos se los están llevando a un precio vil”, consideró, y comparó: “Nosotros somos la mortadela del sandwich. Esto va en contra de la sustentabilidad, del medio ambiente, nuestra riqueza ictícola y cultural. Esto es lo que tenemos que ver en profundidad.”, finalizó. 10 años de saqueos La irrupción de la pesca industrial en el río Paraná data de los últimos 10 años y tuvo un crecimiento exponencial en los últimos cinco años, hasta llevar a todo el recurso pesquero a una crisis con peligro de colapso. En todo ese período los grandes ausentes fueron los estados provinciales y la Nación, que no fueron capaces de realizar un control estricto sobre la presión de pesca que ejercen los frigoríficos, que luego terminaron por asegurarse algo así como un derecho adquirido sobre un recurso agotable y que es de todos. Fuentes: Diario La Capital / Fundación PROTEGER