E
l Hospital San Martín de Paraná es el establecimiento de referencia de la provincia que concentra el mayor número de pacientes. Tiene unas 220 camas, casi 30 menos tras la inhabilitación de dos pabellones por peligro de derrumbe, recibe entre 10.000 y 12.000 consultas ambulatorias por mes en épocas álgidas y derivaciones de otras localidades que alcanzan al 30 % de los ingresos totales. La mayoría de los pacientes llegan de La Paz y Diamante. Así describió el panorama la directora del establecimiento, la médica Sandra Roland, quien admitió que se registran “atrasos históricos” en, por ejemplo, la atención en consultorios externos —y en ciertas especialidades—, en cirugías programadas y en determinadas áreas que realizan estudios médicos. Para optimizar las prestaciones, una medida en análisis es la extensión de las actividades en el hospital por la tarde, manteniendo el mismo ritmo del trabajo matutino. Es que, según explicó Roland, la intensidad del movimiento en la mayoría de las áreas disminuye notoriamente al pasar el mediodía, quedando sólo la atención para urgencias. Entendió que, en la mayoría de los casos, obedece a “una cuestión de costumbre”, de “déficit de dedicación horaria” y, en definitiva, de falta de redistribución del personal. El cambio en ese sentido, llevará su tiempo y deberá darse progresivamente, confesó. Entre las áreas que arrastran demoras, la directora mencionó las especialidades de neurología y reumatología. En estos casos, explicó que escasean en la provincia especialistas en esas disciplinas y que, por lo tanto, hay una altísima demanda proveniente de distintas localidades. También sumó el hecho de que algunos médicos, por resolución propia, deciden dar pocos turnos por mañana —no más de cinco—. Así las cosas, informó que hay consultorios que tienen un atraso en los turnos de dos meses. Una demora similar acumulan las esperas para las mamografías. Al respecto, señaló que hay dos mamógrafos —uno de alta tecnología incorporado recientemente—, pero que funcionan sólo por la mañana. Ante esos casos, dijo que “por ahí las demoras se producen por un déficit de dedicación horaria del recurso humano”. Sucede algo parecido con las cirugías programadas. El nosocomio tiene cuatro quirófanos y un quinto en acondicionamiento, comunicó Roland, quien opinó que las instalaciones tienen un “funcionamiento acotado” en vista de la altísima demanda quirúrgica. El trabajo arranca a las 8.30 y finaliza a la 13.30. En ese período se atienden cirugías programadas y emergencias. Por la tarde, sólo las urgencias. La funcionaria comparó esa performance con el trabajo en otros establecimientos, donde los quirófanos empiezan a primera hora de la mañana y terminan a la medianoche. Ante la consulta sobre qué impide ampliar la atención en el San Martín, Roland expresó que históricamente el personal se concentra por la mañana y que cualquier intención de cambio de horario genera reticencias.