E
l máximo responsable de Greenpeace en el país, Juan Villalonga, afirmó que "Argentina debió haber planteado con más exactitud el daño, poner en sintonía lo dicho con lo hecho", y reconoció que ahora se fue demasiado lejos, que el gobierno argentino hizo demagogia, que se debe aceptar el monitoreo conjunto y, por si fuera poco, exclamó que el Presidente Néstor Kirchner sabe que la planta de Botnia comenzará a operar antes de fin de año pero su única preocupación es que no afecte la candidatura de Cristina Fernández. Sin embargo, estimó que la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú "se está dando cuenta tarde que el gobierno les ha mentido". Fue el fin de semana, durante una disertación en la Feria Forestal Argentina 2007 que se desarrolló en Posadas. Villalonga fue contundente al afirmar que el gobierno nacional no ha actuado correctamente al momento de justificar la negativa a la instalación de una planta de celulosa en Fray Bentos. "La Argentina debió haber planteado con más exactitud el daño, poner en sintonía lo dicho con lo hecho. Muchas cosas que se dijeron son literatura vieja, y eso en los más altos ámbitos se detecta. Un gobierno cuando debe argumentar en los más altos niveles debe hacerlo con calidad o sino, sucede que se debilita el planteo", sentenció Villalonga. El dirigente de la ONG multinacional se refirió a los controles ambientales que el país debería analizar realizar a la pastera Botnia, ante su inminente puesta en marcha. Admitió que no hay información y explicó a medios de la región: "Hoy el control que se debiera hacer y aplicar es un ‘no tema’ en el gobierno nacional, lamentablemente. Y es ‘no tema’ porque si tiene que decir que va a fiscalizar o va a controlar el funcionamiento de Botnia, es resignar la posición de partida que era no a Botnia", recalcó. Además, Villalonga fue muy crítico con el gobierno nacional al indicar que "ahora está entrampado porque a la gente de Gualeguaychú le ha dicho que la lucha de ellos era la lucha del gobierno. Entonces, es muy difícil la situación en la que se encuentra en el presente y esto pasa cuando con un tema tan serio se hace demagogia y se improvisa". En una breve cronología de los hechos del conflicto, recordó: "En un principio, el gobierno argentino sabía de todo esto mucho antes que la gente de Gualeguaychú y que Greenpeace. Y se hizo el burro porque le pareció bien. Cuando comenzaron las primeras señales de advertencia vía carta y expresiones, año 2004, Argentina dijo a Uruguay que sigan adelante que el problema se iba a diluir con el tiempo. Pero cuando en 2005 el conflicto toma estado público a un nivel como todos conocemos -cortes de ruta, movilizaciones, corte de puente-, es cuando viene la demagogia", afirmó. "Por eso la posición de Argentina tiene tanta debilidad, incluso ante los organismos internacionales, hasta donde llevó el conflicto, en lugar de dialogar. Argentina nunca dijo que no rotundamente a estos proyectos, tampoco dijo que sí rotundamente. Pero este manejo le da una gran debilidad al país, y es momento que entre en terreno de mayor madurez", convocó Villalonga. Pero no todo fue mal en el conflicto, dijo Villalonga, sino que destacó que "lo bueno que pasa se pierde. Por ejemplo, haber logrado la relocalización de Ence fue un buen paso, fue una muestra de que no cualquier cosa se puede hacer. Las empresas tuvieron que aceptar que dos plantas en un mismo sitio era como demasiado riesgo. Este fue un logro no menor, que no se debe perderse de vista", dijo. Con respecto a la reacción de la gente de Gualeguaychú por el rechazo a Botnia opinó que "la gente tiene todo el derecho del mundo de exigir lo que está exigiendo. Pero en esto hay que diferenciar dos cosas, en todos los temas ambientales: por un lado, que el vecino tiene toda la legitimidad del mundo de decir ‘no en mi patio trasero’, expresar su molestia, su dolor y decir ‘esto no me gusta’. Las ONG tenemos la obligación de tener una visión más amplia y estudiar cómo funciona el sector y cómo hacemos para que ese sector, si tiene que subsistir, no genere conflictos ambientales con los vecinos. Y el gobierno tiene que tomar decisiones a esa altura", remarcó. "En este caso, el problema con Gualeguaychú es que el reclamo vecinal -que es correcto- se transformó en política de Estado y nos encontramos con que prácticamente el gobierno nacional habla como un vecino, y eso es mentira. Y ahora los vecinos de Gualeguaychú se han dado cuenta que esto es mentira, tardaron, pero ahora se dieron cuenta. Hoy vimos que todos los carteles hablaban en contra de Kirchner y el verso. Esto es lógico, todo el verso antipapelero y asumiendo el discurso de Gualeguaychú, no sirvió para frenar la pastera. Aun más, Kirchner hoy está usando esto para que no le joda las elecciones, pero la planta se va abrir en noviembre, han negociado con los uruguayos que no la abran antes para que no afecte la campaña presidencial de Cristina. Entonces, nadie está pensando en Gualeguaychú. Creo que la gente se está dando cuenta tarde que el gobierno les ha mentido", advirtió.