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as compañías que estudian establecer procesadoras de pasta celulosa en el país vecino, y que ya pidieron autorización a Tabaré Vázquez, son la japonesa Nippon Paper Group y la portuguesa Portucel; en ambos casos, según declararon ayer las mismas empresas, por «la importante materia prima forestal que posee este país». Nippon Paper instaló ya una oficina en Uruguay con el propósito de desarrollar proyectos de inversión. Un estudio de la propia compañía destacó la calidad de las maderas nobles que posee Uruguay, fundamentalmente, la de eucaliptos. La papelera tiene una importante cadena productiva en Asia y en otros continentes, pero en América latina sólo posee una planta industrial en Chile, que habitualmente es señalada por castigar el medio ambiente. Según la empresa, en Uruguay podría obtener 7% de la materia prima de su industria, fundamentalmente de las provincias del sudeste uruguayo, en especial, Lavalleja, Maldonado y Rocha, y en Florida, centro del país. También Portucel, de origen portugués, ya expresó oficialmente su interés en instalarse con una planta de celulosa y otra de fabricación de papel. La firma portuguesa ha mantenido contactos con los productores forestales y oficinas del gobierno, y el proyecto se encuentra en la etapa de desarrollo. Las dos empresas apuntan a operar en la misma región, en el este y nordeste de Uruguay, extremo opuesto al elegido por la finlandesa Botnia y la española ENCE, que construyen sus plantas de celulosa en el oeste uruguayo, sobre el río Uruguay. La primera, sobre la zona de Fray Bentos; y la segunda, cerca de Colonia. También se ha anunciado que la multinacional de origen sueco Stora Enso proyecta instalarse en la región centro. (Ambito Financiero)