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oncepción del Uruguay no puede salir de su asombro y estupor. En la mañana de ayer, un episodio más relacionado con la televisión y el cine que con la tranquila vida de La Histórica, volvió a sacudir a la opinión pública ya que un enajenado hombre, tras degollar a su joven pareja, al parecer, por causas sentimentales, puso fin a su vida colgándose desde el cuello en una habitación aledaña al lugar en donde había asesinado a su mujer.
Del drama pasional se tuvo conocimiento cuando una vecina de la precaria vivienda en plena construcción donde convivía la pareja, junto a una pequeña de solo 1 año de edad fruto de esa unión, al ver cerrada la casa ubicada en la zona de Tte. Ibáñez y Supremo Entrerriano, alrededor de las 9 de la mañana de ayer, extrañada, se dirigió al lugar.
Luego de llamar insistentemente, al no recibir contestación alguna abrió la puerta que estaba sin llave y se encontró con un espeluznante cuadro. Tirada en el suelo y en medio de un enorme charco de sangre, se encontraba sin vida Belén Analía Peñalba, de 22 años, quien presentaba un profundo corte en el cuello.
Como es de imaginarse, la vecina salió despavorida y junto a los vecinos denunciaron a la policía el macabro hallazgo.
De inmediato llegaron al lugar, móviles policiales comandados por el titular de la Jefatura Departamental Uruguay, Gustavo Maslein, quienes ingresaron a la vivienda para corroborar que la víctima había fallecido prácticamente degollada con una cuchilla que, con innegables manchas de sangre, estaba tirada junto al cadáver.
Fuentes policiales y periodísticas de esa ciudad aseguraron que allí no terminaron las sorpresas ya que uno de los uniformados ingresó a la habitación de la pareja y allí encontró, colgando desde el cuello a un tirante del techo, el cuerpo también sin vida del dueño de casa identificado como Alberto Heit, de 37 años. Sobre la cama había una esquela escrita por el hombre en la que se adjudicaba el asesinato de su mujer explicando los motivos que lo impulsaron a hacerlo y su drástica decisión de quitarse la vida poco después del homicidio.
De inmediato se solicitó la presencia de la jueza de Instrucción en turno, María Cristina Calveyra, quien llegó al lugar acompañada de los médicos forense y policial, funcionarios judiciales y la gente de Criminalística.
Los galenos, al revisar los cuerpos, dictaminaron que la muchacha había muerto cerca de la medianoche del viernes producto de la hemorragia masiva provocada por un profundo corte en el cuello que prácticamente la había degollado, y que su compañero falleció presuntamente de asfixia por ahorcamiento, un rato después de escribir la carta.
Aunque el contenido de la misiva no fue dado a conocer por cuestiones legales, rápidamente trascendió que el hombre aparentemente horas antes, buscó y encontró en el teléfono celular de su mujer varios mensajes de texto que comprometían sentimentalmente a la mujer con un joven, tras lo cual se fue de la vivienda con destino desconocido.
En el vecindario se dice que la muchacha, un rato antes de que su compañero regresara a su casa, había llevado a la niña de un año a pasar la noche con sus abuelos y que, muy posiblemente, esto le habría salvado la vida a la pequeña.
Se presume que al encontrar a su mujer sola Heit se enfrascó con ella en una interminable discusión hasta que, pasada la medianoche, le dio muerte y luego adoptara, tras escribir la nota, la drástica decisión de quitarse la vida.
Terminados los peritajes del caso la magistrada dispuso el traslado de los cuerpos a la morgue del Hospital Regional J. J. de Urquiza para la realización de la autopsia de ley y la posterior entrega de los restos a sus familiares.
Los peritos policiales también secuestraron el teléfono celular que los policías y la jueza habrían revisado en el lugar encontrando los MSM comprometedores, la carta de Heit y el arma homicida. (El Diario)
