E
n un almuerzo en la residencia del embajador uruguayo, con gobelinos y una chimenea aristocrática, el ministro de Economía de Tabaré Vazquez tuvo la ingrata tarea de informar el nuevo tributo sobre la renta de las personas físicas y sobre los depósitos. Aunque para alivio de esos selectos comensales aseguró que el secreto bancario no se levanta, salvo que lo pida la Justicia. Hasta ahora en Uruguay sólo tributaban rentas los salarios y las jubilaciones. Pero en el nuevo impuesto sobre la renta de las personas, el 80% de la recaudación va a pesar sobre el 20% con los ingresos más altos. Curiosamente Uruguay era uno de los pocos países de la región que no aplicaba impuesto a la renta de las personas físicas, que nace con una alícuota de 25%. Astori también se explayó sobre el nuevo impuesto a los honorarios de los profesionales, que tampoco tributaban. "Aquí está la mitad del PBI argentino, que también son dueños de buena parte del Uruguay", bromeó un empresario al resaltar la presencia de Gerardo y Julio Werthein, Martín Cabrales, Lily Sielecky, Guillermo Nielsen, Daniel Funes de Rioja, Carlos de la Vega, Mario Vicens, Jorge Brito, Osvaldo Cornide, Juan Bruchou, Rosendo Fraga, Enrique Mantilla, Cristiano Rattazzi, Juan Carlos López Mena, Juan Carlos Lascurain, Héctor Méndez, Fernando Aranovich, Adelmo Gabbi, Ramón Puerta y el gobernador salteño, Juan Carlos Romero. Recurriendo a sus mejores modales, Astori explicó que esta reforma busca un cambio de cultura: "Ustedes saben que en mi país el deporte nacional es la evasión", dijo provocando miradas pícaras. Aseguró que el sistema busca estimular la inversión privada y definió a la Argentina como el inversor más importante. El ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini quiso saber sobre los acuerdos comerciales de Montevideo con EE.UU. Astori respondió que no dejan el Mercosur pero que avanzan con otros países. Mariano Grondona aguijoneó: "¿Qué le parece la presencia de Chávez en el Mercosur?" Astori dijo que Venezuela era una buena presencia aunque mostró reparos por el estilo de su presidente. Al final de la exposición, Bruno Quintana, del Jockey Club, encendió un habano. Y el titular del Golf Club de la Barra reprochó los impuestos que debe pagar para importar máquinas de cortar césped. Astori recurrió a su mejor sonrisa: "Voy a estudiar el caso", prometió.