E
l anuncio de la secretaria de Ambiente nacional, Romina Picolotti, de que comenzará un operativo de limpieza de las márgenes del Riachuelo cosechó críticas tanto desde organizaciones ambientales que reclaman el saneamiento de la cuenca, como desde el ámbito político. Así, el plan oficial de limpieza del Riachuelo, que impulsa Picolotti, aparece por estos días severamente cuestionado. Las organizaciones no gubernamentales que son parte en la causa y los ambientalistas fueron los primeros en criticar el plan oficial. Alfredo Alberti, de la Asociación de Vecinos de La Boca, que forma parte del Espacio Intercuencas (un grupo de 120 ONG que reclaman la limpieza de los ríos), opinó que "decir que están saneando el Riachuelo porque están cortando el pasto es tomarle el pelo a la sociedad. Se juega con la expectativa de la gente. Lo que hay que hacer son cloacas, obras de infraestructura que realmente mejoren la situación". Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Andrés Nápoli cuestionó que el Gobierno "no contempla la adopción de medidas urgentes destinadas a brindar asistencia sanitaria y provisión de agua potable a la población en riesgo por la contaminación". En este contexto, también surgen problemas políticos. El ministro de Medio Ambiente porteño, Juan Manuel Velasco, señaló: "Me parece bárbaro que se limpien las márgenes del Riachuelo. Pero tiene que haber una coordinación y el instrumento legal es la Autoridad de Cuenca. No sabemos qué espera la Nación para convocarla". Velasco, dijo que le pedirá a la Corte que que le permita a la Ciudad tomar parte en el expediente en forma independiente de la Nación, para despegarse de la actuación de Picolotti. Además, la semana pasada trascendió un informe de expertos de la UBA que sostiene que el plan es inconsistente y podría empeorar más la situación, en lugar de mejorarla. (Clarín)