E
n el otro extremo del ranking aparece San Carlos de Bariloche, donde hay que sumar 24,27 pesos a lo consumido por el adicional de impuestos. Así lo señala un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea, que analiza la presión fiscal a partir de la tasa de Seguridad e Higiene de los municipios, el impuesto a los ingresos brutos de las provincias y el IVA nacional (estándar del 21% para residenciales) en 2006. De acuerdo con el estudio, los montos en pesos pueden ser entendidos en porcentajes cuando no se toma la base de $ 100. Entonces, se calcula que al consumo de telefonía fija de un habitante de Paraná, cualquiera sea el monto, hay que sumar un 32,47% por los tributos. El top de las cinco ciudades más costosas se completa con Gualeguaychú (31,78%), Concordia (31,65%), Río Cuarto (31,45%), Villa María (30,57%) y San Francisco (30,57%). Entre las más económicas, en tanto, figuran Neuquén (24,62%), San Salvador de Jujuy (25,32%), Oberá (25,40%) y la santafecina San Lorenzo (25,57%). Voracidad fiscal La incidencia de los tres tributos ubica a la telefonía fija en el primer puesto del ranking de presión fiscal por actividades (4,3%, frente al 4,2% de la intermediación financiera, que ocupa el segundo puesto) y acrecienta las arcas de las distintas dependencias públicas. "Los impuestos y tasas que se miden son los principales. El IVA es el mayor aporte a nivel nacional, e Ingresos Brutos resulta la principal fuente de recaudación de las provincias. La tasa de Seguridad e Higiene, en tanto, es la segunda fuente para los municipios, después del equivalente a alumbrado, barrido y limpieza", explicó Nadin Argañaraz, presidente del Ieral. "La radiografía que elaboramos de la presión sobre la telefonía fija puede trasladarse a grandes rasgos al servicio de telefonía celular, aunque aún no hicimos la medición", añadió. Si se excluye de la medición el IVA es posible vislumbrar con mayor claridad la voracidad fiscal de las autoridades locales. Según el índice de presión fiscal municipal (IPFM), los municipios que más encarecen las facturas de los usuarios de telefonía fija son los de Paraná (6%), Gualeguaychú, Concordia, Concepción del Uruguay y San Miguel de Tucumán (2,8%). Entre los que arrojan las menores tasas aparecen Escobar (0,33%), Tandil, Resistencia y Ezeiza (0,4%). Y el promedio asciende al 1,09 por ciento. El promedio provincial, en tanto, llega al 3,21 por ciento. Y las tres provincias que gravan de un modo más oneroso al sector de telefonía fija son Córdoba, Buenos Aires y Salta, con una presión promedio del orden del 5,5%. En el otro extremo de la medición se ubican Neuquén, Río Negro y La Pampa. En los últimos años, la presión fiscal en telefonía fija no mostró mayores variaciones: pasó del 4,21% en 2002 al 4,34% en 2005. En otras palabras, experimentó un baja marginal de 0,04% el año pasado. "No es una caída relevante, y aunque aún no hemos comparado el índice con otros países, sospecho que no vamos a encontrar tasas tan elevadas en el exterior. Lo importante de todo esto es que el contribuyente sepa lo que está pagando", destacó Argañaraz. "Uno puede concebir pagar más si el Estado le retribuye con buenos servicios. Y es fundamental conocer por qué pagamos lo que pagamos. En este sentido, las facturas de telefonía muestran una verdad parcial cuando muestran un aumento de determinado tributo pero no muestran toda la alícuota", concluyó. (Fuente: La Nación)