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l grupo brasileño JBS, el principal exportador de carne vacuna de América latina, compró por 1400 millones de dólares la compañía norteamericana Swift, Foods & Company, la tercera empresa productora de carne vacuna y porcina de Estados Unidos. Con esta operación, difundida ayer en Brasil, JBS se convierte en el mayor frigorífico del mundo, con plantas de faena en Brasil, la Argentina y Australia. La operación se concretará con el aporte de US$ 400 millones que pondrá el accionista controlante de JBS, J&F Participações. El resto corresponderá a la refinanciación de la deuda de Swift. "Esta adquisición refleja la política de constante expansión de JBS", afirmó el presidente de la empresa, Joesley Mendonça Batista. El ejecutivo dijo que la operación forma parte de la estrategia para convertirse en una empresa con presencia global, ya que, por medio de Swift, alcanzará el mercado de los países del Asia-Pacífico, hacia donde exportaba la compañía norteamericana. En la Argentina, JBS posee cinco plantas en tres provincias. En septiembre de 2005 conmovió al negocio del ganado y de las carnes del país cuando le compró por US$ 200 millones al empresario Carlos Oliva Funes el frigorífico argentino Swift (que ya no pertenecía a la multinacional). Desde entonces fue expandiéndose con la adquisición de las plantas de CEPA, en Pontevedra (Gran Buenos Aires), y en Venado Tuerto (Santa Fe). También adquirió una fábrica de envases en Berazategui. Sus otras dos plantas están San José, Entre Ríos, y en Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe. Según los especialistas del negocio ganadero, la operación no tendrá un efecto específico en la Argentina en el corto plazo. "No se puede hablar de concentración porque en el país JBS tiene el 9 por ciento de la faena", señaló Ignacio Iriarte, director de la publicación especializada Informe Ganadero. "En verdad, se trata de una estrategia que impulsa Brasil, a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), que financia la internacionalización de las empresas brasileñas", explicó. El especialista recordó que Swift venía teniendo problemas en los Estados Unidos, ya que su capacidad instalada supera el nivel de faena. Por otra parte, la empresa se vio afectada en diciembre del año pasado por la detención de 1300 de sus operarios, acusados de ser inmigrantes ilegales por las autoridades norteamericanas. Esa acción afectó la imagen de la compañía en los consumidores de los EE.UU., aunque no hubo acusaciones contra la firma. Negocio global En tanto, Miguel Gorelik, directivo de la empresa Quickfood, opinó que la compra de una empresa norteamericana por parte del grupo brasileño JBS es un hecho positivo para el Mercosur. "A menor escala, es lo que podría hacer una empresa de origen argentino si hubiera reglas de juego favorables para la ganadería", dijo. Además, consideró que la operación significa la internacionalización del negocio de la carne. "A diferencia de otros sectores de la industria de la alimentación, con la carne no había compañías globales, las empresas europeas y norteamericanas están focalizadas en sus consumidores", explicó Gorelik. Otro analista estimó que el ingreso de JBS en Estados Unidos puede acelerar la apertura del mercado de las carnes argentinas y brasileñas en los EE.UU. También observó que en este tipo de operaciones se aprovechan los conocimientos y la experiencia que cada compañía tiene en su país.