E
n la localidad de Aldea Brasilera se procedió este martes a la clausura preventiva de la empresa Saul Mocarbel S.R.L, debido a que no cumplimentó con las obras comprometidas ante los vecinos de la zona, que consistían en la finalización de todos los sistemas de tratamiento de efluentes líquidos y sólidos, atento a los plazos acordados, según hizo saber el secretario de Medio Ambiente, Gabriel Moguilner. Acerca de la situación de los trabajadores, el funcionario aclaró que “la empresa tiene la obligación de pagar los sueldos a los empleados, a pesar de la clausura”. Del acto de clausura de este establecimiento, conocido como “La Moza”, participaron en representación del gobierno provincial, el director provincial de Trabajo, Oscar Balla, y el secretario de Medio Ambiente, quien manifestó que “hace 15 días hubo una reunión en la Dirección de Trabajo donde se le dio a la empresa un único plazo improrrogable. Si no lo cumplían se iba a solicitar la clausura. Esta decisión fue avalada por los vecinos y firmado el compromiso por la empresa”. Asimismo, el funcionario agregó que este martes “nos hicimos presentes en la empresa y lo que se comprobó es que, si bien está instalado el condensador de gases, lo está de una forma muy precaria; y también falta terminar el tratamiento de los efluentes líquidos. Por lo tanto no estarían cumplidas las obras previstas en el plazo acordado”. Luego, añadió que “por este motivo se aplicó una clausura preventiva a los efectos de que la empresa apenas cumpla con los trabajos y todo lo que está pactado, y después notifique a la Secretaria de Medio Ambiente e Industria para que se hagan las inspecciones correspondientes para levantar esta clausura”. El secretario señaló que “hace mas de 10 años que la empresa viene operando en ese lugar con poco o nada de inversión en el tema de medio ambiente y seguridad. En enero de este año los vecinos intervinieron solicitando a la provincia una intervención directa, ya que era una situación que no soportaban más”. En el mismo sentido, Moguilner agregó que “nosotros ya habíamos tenido distintas actuaciones con la empresa, pero los vecinos empezaron a tener reuniones con el sindicato de obreros jaboneros y con la Secretaría de Medio Ambiente, y se le dieron plazos concretos para que la empresa terminara con el tratamiento de los efluentes”. Tras señalar que “la queja de los vecinos era que no se estaba cumpliendo con los plazos que se habían establecido para que se terminara de solucionar el problema de los efluentes gaseosos”, el funcionario reconoció que “es terrible el olor que se siente en todas las proximidades de la planta y también de los efluentes líquidos, porque también hubo una contaminación del arroyo del Salto, por derivación de efluentes”. Finalmente, el funcionario afirmó que “tuvimos contacto con los representantes de la empresa para darle las explicaciones correspondientes, e indicarles que ellos tienen la obligación de pagar los sueldos a los empleados, a pesar de la clausura”.