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adie tiene claro el valor de la empresa: hay quienes dicen que es de u$s 17.000 millones mientras otros le asignan un precio de u$s 12.000 millones • Para hacerla más atractiva, se le incorporarán a YPF los activos que Repsol tiene en Brasil, Perú y Bolivia • Pero no se le suman los más valiosos, que están en Venezuela y en México • Lo que está claro es que, más allá de los dichos del español ayer, no hay un solo grupo empresario argentino capaz de invertir u$s 3.000 millones en una compañía a la que no controlará y que, además, se halle tan sujeta a regulaciones del Estado (las retenciones a las exportaciones de crudo están en 45%) • Sí trascendió que se buscan determinados socios capitalistas, y el empresario que tiene la función de configurar esa red es Eduardo Elsztain • No se conocen, por ahora, otros participantes • La incorporación de capital nacional a YPF es un viejo anhelo de Néstor Kirchner • Pero es casi imposible que se concrete antes de las elecciones de octubre • El entramado legal que supone traspasar activos de Repsol a YPF y la búsqueda de capitalistas no se completarían en menos de seis meses • Además, se supone que ingresar con u$s 3.000 millones a YPF tendrá garantía adicional de poder acrecer porcentaje de acciones • Coincide esto con una situación límite ayer en gas y energía • Se cortaron suministros a Chile, lo que afectó a usuarios residenciales en Santiago. Ayer, el director de Control de Gestión y Desarrollo Corporativo de Repsol YPF, Miguel Martínez, ratificó que la empresa se encuentra «en conversaciones con un grupo argentino para la venta de 25%» del capital accionario de la firma. Fue en una conferencia con inversores, durante la presentación de resultados del primer trimestre de 2007, en la que aclaró que como se está «bajo acuerdos de confidencialidad», no se puede decir con quién se realizan las negociaciones. Llamó la atención que hable de un solo grupo interesado cuando el valor en juego que rondaría los u$s 2.700 millones -dependiendo el valor que se asigne a la empresa, algo que está en discusión- elimina per se la posibilidad de que un solo comprador local participe de la operación. Paralelamente, ayer la secretaria de Estado para Iberoamérica, de España, Trinidad Jiménez, destacó el hecho de que las empresas de su país «se quedaran en la Argentina en los momentos de crisis», y aseguró que la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero pretende que la compañía Repsol YPF «sea un socio estratégico del gobierno argentino». Fue al término de sendos encuentros con el canciller, Jorge Taiana, y el vicecanciller, Roberto García Moritán. Expectativa Cabe recordar que un medio español estimó también durante el fin de semana que Repsol espera obtener u$s 2.700 millones con la operación. Valora 100% de YPF en u$s 10.800 millones, mientras la compró en 1999 por u$s 15.000 millones cuando el barril de petróleo costaba sólo u$s 13, cinco veces menos que ahora. Es cierto que, como dice el diario español «El Mundo», ahora los yacimientos están en declive. También lo es que el precio se recorta por la incertidumbre argentina y por la política de precios de los combustibles que están congelados desde 2003, mientras los saldos exportables de naftas se reducen a medida que aumenta el consumo interno. Pero aun con una pretensión modesta, en el mercado argentino crece la intriga por esta presunta operación. Nadie sabe quién estaría dispuesto a invertir u$s 2.700 en una empresa donde el control seguirá en manos españolas, y más que eso, quién tiene hoy esa cantidad de dinero disponible o acceso al crédito para poder comprar. Todos los interesados mencionados no llegan a la cifra, aun pensando que la energía se revaloriza en el mundo y se pagan precios hasta ahora inimaginables por una eléctrica o un yacimiento. Por eso es que crece la posibilidad de que se convoque a empresarios a conformar ese monto. Quien estaría en ese llamado es el titular de IRSA, Eduardo Elsztain. Igual no se llegaría, por más premura que se ponga en el trabajo, a cerrar la operación antes de las elecciones. Es que además hay un traspaso de activos de Repsol a YPF Argentina de los que ya posee en Perú, Bolivia y Brasil (pero no los de Venezuela y México). La transacción: ¿podría ser sólo un obsequio para Néstor Kirchner, que podrá decir que YPF volverá a estar en manos argentinas? ¿Será tan apremiante el interés de Repsol por dejar la Argentina que estaría dispuesta a aceptar un valor mucho más bajo que el que se habla? ¿Es sólo una manera de disuadir al gobierno para que no plantee la recompra por parte del Estado? Son preguntas que amerita un plan anunciado hace cinco días sin fecha y que ahora ya tiene acuerdos para mantener reservadas las negociaciones. (Ambito Financiero)