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a falta de reconocimiento presupuestario de cargos docentes produce desequilibrios financieros en institutos que dependen del aporte económico oficial. El costo de la educación privada en Entre Ríos todavía no encuentra su techo a pesar de las subas que se registraron a comienzos de año. La razón para las subas que ya están aplicando los colegios se relaciona con el desfase financiero que soportan en sus administraciones, a raíz de lo que entienden como “retraso” del Gobierno en reconocer presupuestariamente los cargos docentes y las horas cátedra de su planta funcional. Por el principio de subsidiariedad que rige en el sistema educativo, el Estado toma a su cargo el pago de salarios, y los privados cargan con el mantenimiento de la infraestructura edilicia. Pero esa ecuación hace agua desde hace por lo menos una década. ALCANCES La oferta educativa de los privados representa en Entre Ríos el 25 % del sistema, con más de 76 mil alumnos y alrededor de 400 institutos de enseñanza, pero sólo se llevan poco más del 10 % del presupuesto educativo de la Provincia (poco más de 100 millones sobre más de 1.000 millones). Aunque no todos los cargos docentes de los privados son abonados con fondos públicos: una porción importante se costea con la recaudación por el cobro de cuotas a los alumnos, aunque el alto nivel de morosidad es el talón de Aquiles para las administraciones de esos colegios. Por eso, los privados esperaban con expectación la aprobación del Presupuesto 2007 por parte de la Cámara de Diputados, aunque tras una entrevista que mantuvo la Asociación de Escuelas Públicas de Gestión Privada con la titular de Educación Privada, Marisa Mazza, se encontraron con la novedad de que el aumento de recursos, cuyos pormenores todavía no se conocen, no alcanzaría a cubrir la totalidad de los retrasos existentes. PARA ARRIBA En ese esquema, muchos colegios están aplicando subas en las cuotas que pagan los padres de los alumnos, como forma de equilibrar sus cuentas, sobreexigidas después del último aumento docente que significó llevar el mínimo de bolsillo para el maestro de grado de 850 a 1.040 pesos. El padre José María López, apoderado legal de la Escuela El Buen Pastor, ubicada en Artigas al 1700, admitió que la suba de la cuota que se aplicó este mes, que se dio en un monto “mínimo” de entre 1 a 3 pesos, se resolvió por cuanto con los recursos actuales “no llegamos a cubrir los sueldos. La medida, sin embargo, no alcanza por ahora al Instituto San José Obrero, la otra institución educativa que el religioso tiene bajo su responsabilidad. La piedra de toque que dispara los desequilibrios financieros es, como siempre, la existencia de cargos no reconocidos presupuestariamente por el Estado. “En el caso del Instituto San José Obrero tenemos dos cursos completos, 4º y 5º años, y en El Buen Pastor, un 5º año que no tienen reconocimiento económico. Eso provoca que con los actuales recursos estemos cada mes cerrando al borde. Por eso decidimos este aumento, que es mínimo y que fue dialogado con los padres”, subrayó el sacerdote. LO QUE VENDRÁ Osvaldo Bodean, presidente de la Asociación de Escuelas Públicas de Gestión Privada, aceptó que la incertidumbre respecto del giro de fondos a los institutos de enseñanza no oficiales deriva en la necesidad de muchos establecimientos de retocar el monto de las cuotas que cobran. “Hasta que no haya una respuesta concreta al pedido de mayores recursos que hicimos al Gobierno, ninguna escuela podrá evitar los aumentos”, señaló. Y añadió: “Todo dependerá del respaldo que tengan. Si no tienen mucha espalda, deberán aumentar”. La actualización del salario docente es, a juicio de Bodean, el motor que sube el valor de las cuotas. “La realidad es que las escuelas desde hace rato están aumentando los aranceles. Porque además, si bien hubo un aumento en el reconocimiento de cargos, todo llega muy lento, y tarde”, explicó. El sacerdote Diego Rausch, apoderado legal del Instituto Santa Teresita, un complejo con 2.000 alumnos y alrededor de dos centenares de empleados, dice que “por ahora” no prevén un aumento inmediato en la cuota, aunque vaticina que después del receso de invierno “habrá que analizar los números”. En ese sentido, reconoció que “las finanzas no están bien, están muy al límite, pero de todos modos procuramos de todas las formas posibles evitar ajustar el bolsillo de las familias. Y por eso en vez de aumentar la cuota, apelamos a otros recursos, como el bono contribución que hicimos en 2006, y que pensamos reeditar este año”. En el instituto secundario que funciona en el Seminario Arquidiocesano pasa algo parecido. El padre Gustavo Horisberger, rector de la institución, aclara que los fondos sólo alcanzan para pagar los sueldos, pero nada más, aunque este año la cuota es un 40 % más alta que en 2006 y aún así elevaron el índice de cobranza. “El problema en el Seminario es que tenemos una casa para que sea habitada por 200 personas, y en este momento tenemos solamente 80 seminaristas, con un gasto similar al que tendríamos si vivieran 200 personas”, afirma. LAS CUOTAS DE LOS COLEGIOS PRIVADOS que son subsidiados con fondos públicos están reguladas por el Estado. Sólo mediante una resolución expresa del Consejo General de Educación (CGE) las escuelas pueden aplicar subas en los aranceles que les cobran a sus alumnos. En 2005 se produjo el último aumento, que recién se aplicó en el ciclo lectivo 2006. Entonces se fijaron topes máximos de aranceles, que en escuelas de nivel inicial y de educación general básica (EGB) I y II ronda entre 35 y 47 pesos las cuotas, y en educación general básica (EGB) III y media-polimodal, va desde los 52 a los 70 pesos. No todos los colegios aplicaron la suba hasta “el techo” permitido, sino que lo hicieron gradualmente. Las subas que ahora se están aplicando están dentro de ese tope máximo autorizado por el Estado. (Fuente: El Diario)