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os alumnos del Instituto de Formación Docente de Hasenkamp, Aurelio Gillig y Zulma González, ambos ahora egresados del profesorado de Ciencias Políticas, trabajaron bajo la coordinación del profesor Rodolfo Pereira e hicieron una investigación sobre cómo se vivieron los años de la última dictadura militar en Bovril, departamento La Paz. A través de encuestas, entrevistas y testimonios, los dos estudiantes llegaron a la conclusión de que la población de esa localidad recuerda positivamente aquella época. Influye mucho en ese concepto el hecho de que hubo una buena gestión municipal y muchos recursos económicos que se invirtieron en obras de infraestructura pero también, sobre todo, que en ese pueblo no ocurrieron hechos de violencia y represión estatal como sí sucedió en las grandes ciudades. PREMIOS Los ganadores recibieron como premio libros y un subsidio para comprar una computadora, de manos del secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; la subsecretaria de Equidad y Calidad del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, Alejandra Birgin, y la presidenta de Memoria Abierta, Carmen Aguiar de Lapacó por la investigación titulada “Bovril: la otra cara de la historia”. También fueron distinguidos estudiantes de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza y Neuquén. La elección de los finalistas estuvo a cargo de un jurado compuesto por especialistas de las áreas de educación y derechos humanos: Marta Pesenti, Javier Trímboli, Alejandro Kaufman y Federico Lorenz. Las monografías fueron elaboradas en base a tres ejes: “Movilización popular y formas de participación política”; “Formas de la represión. Terrorismo de Estado” y “Guerra de Malvinas. Sentidos en pugna”. GESTIÓN “La gente de Bovril percibió el golpe militar (de 1976) como algo bueno porque allí no hubo desaparecidos ni hechos de violencia. Por el contrario, el intendente fue un buen administrador y hubo dinero para hacer obras. La diferencia con otros lugares es porque ocurrieron hechos de violaciones a los derechos humanos”, explicó , Guillermo Fritzler, rector del Instituto de Hasenkamp. Los ganadores viajaron a Buenos Aires para recibir el premio y además participaron de recorridos por ex centros clandestinos de detención, vieron películas y cortometrajes sobre el tema y fueron recibidos por Madres de Plaza de Mayo. “Primero participaron de seminarios de preparación en Victoria. Luego, mandaron la monografía que finalmente resultó ganadora”, relató. “Es una gran alegría para nosotros ya que a la institución le sirve como presentación. Nos hace bien, nos hace reflexionar”, consideró el responsable de ese centro de formación docente que este mes cumplió 20 años. (El Diario)