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e trata de ajustes pequeños que practican todas las petroleras: en determinada plaza una compañía hace el primer movimiento y después es seguida por las demás, con el argumento de que si no lo hacen, acapararán mayor demanda y no la podrán satisfacer. En el interior, el combustible siempre es más caro que en la Capital Federal. En el hecho influyen sobre todo la distancia con las refinerías por el costo del transporte y el tamaño del mercado. Actualmente, se estaría cobrando un precio promedio en Buenos Aires de $ 1,49 por litro de gasoily se llegaría hasta $ 1,60 en algunas localidades del interior, considerando a las cuatro empresas que concentran el mercado. Este último valor es el del surtidor para el público. No se trata todavía del precio que llega a pagar un productor agropecuario en los meses de mayor demanda como el próximo mayo, para acumular el combustible necesario para cosecha y siembra. Connotación El precio tiene una fuerte connotación política para el gobierno. En setiembre de 2006, Shell fue obligada a dar marcha atrás con un gasoil de mayor calidad que había empezado a vender a precio más alto. Hace pocas semanas, el ministro de Planificación, Julio De Vido, cruzó duramente al presidente de Petrobras en Brasil que se quejó del valor de los productos. El ministro respondió anteponiendo el «costo argentino» a la cotizacióninternacional del petróleo y derivados. Los valores de los combustibles están prácticamente congelados en el mercado local desde hace cuatro años, si se exceptúan ajustes como los que se advierten en los estos días. La situación provocó también en los últimos meses la reacción de los expendedores que, según afirman, no pueden afrontar los mayores costos de salarios y energía con el margen congelado. Para hoy, los trabajadores de las estaciones de servicio esperan una respuesta sobre el aumento salarial de 19% que está acordado desde diciembre y muchos de los surtidores, que no son propiedad de las petroleras, todavía no están aplicando. Adicional Algunas entidades que nuclean a expendedores con estación propia, con o sin contrato con las refinerías, están impulsando la aplicación de un adicional por «servicio de playa» para cada litro de combustible. La medida cuenta con el aval del sindicato de los trabajadores que quieren cobrar la suba salarial y el retroactivo. Pero, el cobro del servicio de playa todavía no está bien definido porque es difícil precisar cómo pagaría impuestos. Con todo, la presión sobre el precio de los combustibles se acentúa y todavía no se llegó al momento culminante de la cosecha gruesa.