L
a economía argentina crece en la actualidad porque lo hacen casi todos los países del mundo, por la soja y, en lo estrictamente doméstico, porque existe ese superávit. Hoy se anunciará que fue de aproximadamente $ 1.900 millones en febrero, igual que hace un año. Pero trascendió que habrá un artilugio contable para camuflar el desborde del gasto: se imputará un ingreso extra de $ 1.000 millones. Se trata de transferencias del Banco Central provenientes de las ganancias de la institución en 2006. Sin duda, es el dato que se debe seguir monitoreando. El superávit fiscal de febrero se ubicará levemente por encima de los $ 1.900 millones registrados un año atrás. Pero gracias a un artilugio que utiliza el Ministerio de Economía cuando el cierre de las cuentas públicas no es tan holgado, mostrará transferencias del Banco Central por alrededor de $ 1.000 millones, provenientes de la ganancia de la institución de 2006. El dato será anunciado hoy y es probable que, como viene sucediendo en los últimos meses, lo efectúen la ministra Felisa Miceli y el secretario de Hacienda, Carlos Mosse. Las cifras mostrarán, por otra parte, que continúa el fuerte aumento del gasto público, que sería de más de 40% en términos interanuales, superando el incremento de 27 por cineto que mostró la recaudación en febrero. El giro de fondos efectuado por el BCRA a favor de la Tesorería se hizo en concepto de «adelanto de utilidades», ya que aún no se conoce cuánto ganó la entidad que preside Martín Redrado durante el año pasado. En el Presupuesto nacional aprobado para este año dicha transferencia fue estipulada en 1.150 millones pesos. En 2006, la operación se había efectuado en abril, pero ahora se adelantó un par de meses para disimular un deterioro mayor de las cuentas públicas. La evolución del superávit primario ya comenzó a generar luces amarillas entre distintos analistas. Un informe de la consultora MVAS Macroeconomíaseñaló que «la fortaleza fiscal es uno de los mayores activos del actual modelo, por lo que la posibilidad de un deterioro de aquélla debe ser seguida con atención». El Banco Río, por otra parte, ya había advertido que el superávit primario a nivel nacional se reducirá a 3% del PBI, contra un promedio de 3,5% de los últimos cuatro años. Asimismo, el consolidado de las cuentas provinciales mostraría apenas un resultado equilibrado, afectado en particular por el rojo de la provincia de Buenos Aires. En 2006, las provincias habían mostrado un saldo favorable equivalente a 0,4% del PBI. Consecuencia En enero se produjo un fenómeno similar, ya que el nivel de ahorro de las cuentas de la Nación llegó a $ 1.633 millones, apenas $ 30 millones más que el mismo mes de 2006. Como el monto nominal del superávit se mantiene en los mismos valores del año anterior, pero la actividad económica sube notoriamente, la consecuencia es que se produce una caída del resultado obtenido en relación con el PBI. El aumento del gasto está relacionado con distintos factores, que podrían resumirse en los siguientes: La suba en las jubilaciones que se decidió desde enero ya está impactando de lleno en las cuentas públicas. A ello se sumará la gran cantidad de personas que comenzarán a cobrar su jubilación pese a no haber efectuado los aportes correspondientes, dentro de la moratoria lanzada por el gobierno. Se estima que el gasto en seguridad social aumentará a 6,4% del PBI este año contra 5% del anterior. . En obra pública es donde más se nota la presión del gasto. Se puede considerar que el crecimiento de este rubro, que ya se aproxima a 70% en términos interanuales, refleja con claridad el efecto del año electoral. La necesidad de acelerar obras, con la consiguiente creación de puestos de trabajo, es especialmente importante en las provincias para mantener al electorado cautivo y silenciar protestas. Las transferencias al sector privado, es decir los subsidios, también vienen en franco incremento. Los principalesbeneficiados por esta política son el sector energético y el del transporte. El objetivo aquí es evitar o suavizar las presiones por aumentos de tarifas, sobre todo para que no impacten en el público. Además del deterioro del superávit primario, también habrá una caída del superávit financiero, es decir el que surge tras el pago de intereses de la deuda. En este caso, la reducción sería desde 1,8% del PBI de 2006 hasta 1% este año. Se suman aquí los intereses crecientes que debe pagar el país por la nueva deuda (por ejemplo, los BODEN 2012 emitidos a favor de Venezuela tienen el doble de tasa que los préstamos ya cancelados al FMI), además de los mayores pagos por el Cupón atado al PBI, ante las cifras de mayor crecimiento de la Argentina. (Fuente: Ambito Financiero)