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ras la reunión el miércoles del gobernador Angel Maza con 16 intendentes, pareció inminente el envío al Congreso del proyecto de ley que pediría la intervención de los tres poderes riojanos. Sin embargo, el viernes, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, se ocupó de decir que el Gobierno espera que la situación "se resuelva en la propia provincia". Así, Fernández le quitó un poco de tensión aunque no cerró totalmente la puerta. Incluso, algunas fuentes parlamentarias abonaron la teoría de que la versión sobre una inminente intervención podría haber sido un instrumento de presión política sobre los legisladores provinciales para que resuelvan la pelea entre Maza y su vice, Luis Beder Herrera. La pelea entre ambos arrancó a mediados del año pasado, cuando Herrera advirtió que Maza no cumpliría su promesa de cederle el mando en ese territorio. Pero el martes recrudeció cuando el propio Herrera —que es jefe de Gabinete, también presidente de la legislatura y logró sumar a 17 de los 23 legisladores a sus filas— acusó al gobernador de haber entregado el patrimonio minero de La Rioja a la canadiense Barrick Gold. Por ahora, ni en la Cámara de Diputados ni en la de Senadores de la Nación hubo papeles formales, pero sí consultas entre los principales referentes del kirchnerismo, los aliados tradicionales del Peronismo Federal y algunos líderes de la oposición. Desde el oficialismo sostendrían que si hubiera intervención no sería para fortalecer una futura elección de Maza. También habrían advertido que si la Casa Rosada decidiera avanzar con ese medida, tendría que hacerlo rápido para evitar empañar la elección nacional con los ecos del conflicto riojano. Sostienen que la intervención debería ser ahora y durar a lo sumo 90 días para convocar a elecciones lo más lejos posible de octubre. En medio de esa ronda de consultas, algunos referentes K le habrían pasado una nueva factura al jefe de Gabinete. Alberto Fernández les habría dicho que el proyecto en cuestión estaba en pañales; mientras que desde otro despacho oficial se habría mostrado un texto redactado y a la espera de luz verde. Entre tantas idas y venidas, desde las bancadas oficialistas por ahora se esperaría que la iniciativa, si se concreta, ingrese por el Senado. Desde la oposición, al menos en Diputados, ya se escucharon las primeras quejas sobre el eventual avance institucional de la Nación. Salieron del ARI y del lavagnismo. En este último sector considerarían que la suerte de Maza ya estaría decidida. Incluso, extraoficialmente, ya denominarían al todavía gobernador como "la quinta caída". Desde esa perspectiva sostienen que el timonel riojano sería el quinto gobernador en haber caído en manos del kirchnerismo y completan la lista recordando la suerte del santiagueño Carlos Juárez, el misionero Carlos Rovira, el jujeño Eduardo Fellner y el bonaerense Felipe Solá. Por ahora, el debate se concentra en lo que es aún sólo una posibilidad de intervención, pero queda claro que este tipo de medidas, aunque sólo quede en ideas, dispara nuevos elementos para poner en la escena de la pelea electoral 2007.