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or el fuerte aumento de los precios de los alimentos durante enero, ahora se necesitan más de 914,30 pesos para que una familia tipo no sea considerada pobre. Y más de 425,25 pesos para superar la línea de indigencia. Con relación a diciembre, la canasta de pobreza subió el 1,7% y la de indigencia el 2,6%, en ambos casos por encima del 1,1% que dio la inflación promedio. Los datos del INDEC se difundieron con un retraso de 24 horas y en medio de la polémica desatada por el cambio en la Dirección del área de precios al consumo. Según los últimos datos oficiales, del primer semestre del 2006, la pobreza alcanza al 31,4% de la población urbana. Pero con estos valores y tomando en cuenta el incremento de los salarios, las jubilaciones y otros ingresos, se estima ahora que la indigencia golpea al 10% de la población, 3,9 millones de personas, y la pobreza a un poco menos del 30%: 11 millones de personas. Sin embargo, y a pesar del reciente incremento del salario familiar por hijo, el sueldo mínimo para una familia tipo se encuentra por debajo de la canasta de pobreza. Por eso se estima que la CGT volverá insistir en convocar al Consejo del Salario para actualizar el ingreso mínimo. También se descuenta que la suba de la canasta de pobreza podría lelvar a mayor reclamos salariales en las negociaciones paritarias que están en curso. Con relación a diciembre de 2001, antes de la devaluación, los precios de la canasta de indigencia acumulan una suba del 127% y la de pobreza un alza del 98%, en ambos casos también superando la inflación promedio del 93,4%. Entonces la canasta básica de una familia tipo costaba 186,82 pesos y la de pobreza 461 pesos por mes. De estas cifras se infiere que la inflación golpea en mayor medida a los sectores de menores recursos, que destinar una mayor proporción de sus ingresos a costear los gastos de alimentación y servicios básicos. Para calcular la canasta básica de alimentos, el INDEC toma en cuenta los hábitos de consumo de la población, partiendo de la base de los requerimientos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un hombre adulto, entre 30 y 59 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades. Luego se hace la equivalencia para las distintas edades y sexo. Para determinar la Canasta básica total o de pobreza se consideran, además, los bienes y servicios no alimenticios. Ambas canastas se calculan cada mes con los precios relevados por el Indice de Precios al Consumidor (IPC).