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a investigadora del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) EEA Concordia, Diana Díaz, brindó un pormenorizado informe denominado Efectos Ambientales de las Forestaciones de Eucalyptus en el Noreste de Entre Ríos, en las 21ª Jornadas Forestales entrerrianas. En su investigación, Díaz concluyó que como toda actividad humana que hace uso del suelo y de los recursos naturales, la actividad forestal produce impactos negativos y positivos sobre el ambiente, y la tendencia y magnitud de los cambios producidos por las forestaciones son variables y dependen de diversos factores. Finalmente evaluó que, en base a la información analizada, el manejo de las plantaciones para la producción de madera sólida es una práctica aconsejable desde el punto de vista de la conservación del agua, la generación de mano de obra y la producción de materia prima que admite el agregado de valor en la cadena. Además señaló que “los efectos negativos de las plantaciones sobre las propiedades físicas y químicas del suelo, pueden ser previstos y minimizados en base a la adopción de algunas medidas”. Por eso destacó la conveniencia de contar con información generada localmente; y, puesto que el análisis de la dimensión ambiental del uso de la tierra requiere enfoques multidisciplinarios y complejos; destacó que los conflictos respecto del ordenamiento del territorio deben dirimirse con la participación de la comunidad. Los datos del estudio En función del cada vez más creciente interés y del cuestionamiento “mediático-social” del que es objeto el cultivo forestal, especialmente a partir de la discusión sobre la instalación de fábricas de pasta de celulosa en Uruguay, es que la profesional realizó un informe en el que analizó los principales aspectos ambientales que generaron más preocupación, “en particular los efectos sobre la calidad de los suelos, el consumo de agua, la diversidad biológica, la generación de empleo y sobre el desarrollo económico de la región”. Así, señaló que “entre las críticas más frecuentes a las plantaciones con eucaliptos se indica la degradación del suelo debido a cambios en sus propiedades químicas y físicas”, y mostró el trabajo que realizó sobre las propiedades químicas del suelo en usos de pradera y con forestación de eucalipto (11 años), para dos sitios de la región Noreste de la provincia, correspondientes a suelos Hapludol fluvéntico (Sitio A) y Haplumbrepte fluvéntico (Sitio B) respectivamente, y a dos niveles de profundidad, uno de 0 a 10 centímetros, y otro de 10 a 20 centímetros. Para ello se analizaron los niveles de materia orgánica, de nitrógeno, de fósforo asimilable, de calcio, magnesio y potasio intercambiables, el pH, las propiedades físicas, los niveles de escurrimiento y capacidad de retención de agua, y la biodiversidad en ambos casos. Los números de la actividad La actividad forestal industrial contribuye con el 14% del PBG industrial de Entre Ríos, lo que significa que en importancia es la tercera agroindustria en la provincia. El valor agregado de las manufacturas de madera supera el 42% del valor de la producción, en tanto que el valor que se agrega en la manufactura de productos alimenticios y bebidas corresponde sólo al 21,3% del valor de la producción (Indec, 1994). Los productos forestales de la región abastecen principalmente al mercado interno; aunque en 2004 las exportaciones de productos agroindustriales que utilizan madera como materia prima representaron el 8,3 % de valor total de exportaciones, lo que fue a su vez el 19% del valor de productos agroindustriales exportados desde Entre Ríos. De acuerdo a un estudio realizado recientemente en forma conjunta entre el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales del Conicet y el INTA, la actividad genera, según el perfil tecnológico que se aplique, entre 2 y 2,79 puestos de trabajo permanentes cada 100 hectáreas forestadas. Estos valores superan a los que presentan otros usos del suelo como la ganadería, la producción de soja o de arroz. (Fuente: UNO)