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os datos puntuales dan una medida de la situación: el déficit financiero del conjunto de las provincias crecería al cerrar este año seis veces respecto del de 2006, en tanto que los servicios de deuda aumentarán a razón de más de 8% en misma comparación. Las provincias se enfrentan a 2007 que traerá fuertes complicaciones para sus finanzas, con previsiones que confirman un panorama aun más difícil que el atravesado durante el año que acaba de terminar. Dos datos puntuales dan una medida de la situación: el déficit financiero del conjunto de las provincias crecería al cerrar este año seis veces respecto del de 2006, en tanto que los servicios de deuda aumentarán a razón de más de 8% en misma comparación. El cierre del ciclo 2006 indica que mientras la Nación culmina el ejercicio con un superávit fiscal del orden de 3,5% del PBI, las provincias vuelven a ser deficitarias. El consolidado de las provincias cierra con un rojo financiero de $ 436 millones y un superávit primario de $ 2.100 millones. Estos resultados representarían una caída interanual del ahorro de 124% y 45%, respectivamente, según indica un informe de la consultora Economía & Regiones. La tendencia negativa seguirá este año. Para 2007, el mismo trabajo asegura que «de no mediar cambios de política económica y tributaria, las cuentas provinciales consolidadas continuarán en la senda de profundización del déficit fiscal e incremento de las necesidades de financiamiento». La previsión apunta que el consolidado de provincias cerraría 2007 con un resultado primario superavitario de $ 400 millones, pero luego del pago de intereses, el resultado financiero dejaría un déficit cercano a $ 2.600 millones. Este déficit financiero se vería agravado por un incremento en las amortizaciones de deuda, ya que el próximo año se esperan vencimientos por $ 9.000 millones, 8,4% más que en 2006. Esto llevaría las necesidades de financiamiento a $ 11.600 millones, monto que las provincias deberían reunir con endeudamiento. El aumento de las necesidades de financiamiento de las provincias llevaron a que, a nivel consolidado, el stock de deuda se elevara a $ 81.900 millones a fines de 2006, 4% superior respecto de 2005 (un incremento de $ 3.200 millones). Este nivel de deuda pública provincial equivale a poco menos de 100% de los ingresos totales provinciales anuales, con una estructura de vencimientos de mediano plazo y concentrada en 70% en manos de Nación. En materia de deuda, se espera que en 2007 la Nación continúe con el régimen de saneamiento de la relación financiera Nación-provincias y con la reestructuración de parte de las deudas que las provincias mantienen con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial actualizadas por CER. De todos modos, el componente más significativo del endeudamiento provincial, la deuda por BOGAR 2018, seguiría sin resolverse, comprendiendo un reclamo que permanecerá en la agenda de los gobernadores. Deterioro Retomando los resultados 2006, el deterioro del ahorro provincial se debió fundamentalmente al mayor aumento del gasto por sobre el incremento de los recursos. Además de las inevitables políticas de recomposición salarial y, en menor medida, de la recuperación de la obra pública, las provincias debieron incrementar el gasto conforme a los compromisos asumidos bajo la Ley de Financiamiento Educativo. El punto más conflictivo en el deterioro de las cuentas públicas provinciales -destaca el informe- es el endeudamiento provincial y el peso de los servicios de la deuda. Tras el pago de intereses. Las provincias quedaron con el señalado déficit financiero de $ 436 millones, permaneciendo sin financiamiento prácticamente el total (95%) de las amortizaciones. Esto implicó que el faltante debió ser atendido con excedentes de ejercicios anteriores, la concertación de nuevo endeudamiento bajo el Programa de Asistencia Financiera (PAF) y colocaciones de deuda en los mercados internacionales. (Fuente: Ambito Financiero)