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a Justicia y la Policía investigan un caso fatal que fue descubierto en la mañana del lunes en el camping de la Toma Vieja de Paraná. Allí, dentro de un Fiat Duna fue encontrado calcinado Omar Pereyra, de 61 años de edad. El vehículo estaba a metros del precipicio de la barranca, cuya profundidad fue estimada en unos 60 metros. Por lo que se conoce y se informó desde la Policía, el hombre que vivía en la zona de calle cortada 129, habría tratado de recomponer una relación afectiva con una mujer de 46 años, que de dedicaría a tareas domésticas y que vive en Bajada Grande. Partiendo de los dichos de los investigadores, Pereyra habría discutido con la mujer y tras invitarla a dirimir las diferencias se trasladaron en la madrugada hasta el camping de la Toma Vieja en el Fiat Duna color blanco o crema. No se sabe bien cómo se produjo el altercado, pero lo señalado por la mujer es que el hombre se molestó y trató de agredirla, por lo que salió del interior del rodado a fin de evitar mayores consecuencias. En ese instantes, cerca de las 6, aparentemente dos trabajadores del camping asistieron a la mujer, pero a los pocos minutos vieron que el auto comenzó a arder desde el interior. Tras alertarse a los bomberos zapadores, el foco ígneo fue sofocado, pero gran parte del Duna se había destruido. En tanto su ocupante fue localizado calcinado acostado entre los dos asientos delanteros. No se descartó que se haya rociado con combustible para luego iniciar el incendio. Advertida la Policía, personal de la comisaría 14ª, de la División Homicidios, de Criminalística y de la Jefatura Departamental se hicieron presentes para constatar y comenzar a investigar el hecho. Además, en el lugar se presentaron el juez de instrucción en turno, Ricardo Bonazolla, la fiscal Elisa Zilly y el médico forense Luis Moyano. Con trabajo los bomberos lograron abrir la puerta delantera del rodado y de este modo posibilitar que lo poco que quedaba del cuerpo desarmado y reducido fuera trasladado hasta la bolsa morguera. Como dato anecdótico se conoció que en la parte posterior del auto, fue encontrado muerto un perro, que habría sido mascota de la víctima. Tal como quedó el automóvil sobre la barranca, no se descartó que haya intentado hacerlo caer al precipicio. Por esta situación, más otras cuestiones menores, se miró de reojo la posibilidad de que se estuviera ante otra hipótesis, y no la de una autodeterminación. Sin embargo, con el correr de las horas, y producto de las testimoniales, se afianzó la figura del suicidio. La posibilidad de terminar con las dudas, se producirá una vez que se conozca el resultado de la autopsia que se practicó en la tarde de ayer en la morgue de Oro Verde. En la necropsia, los forenses no habría encontrado ningún elemento para pensar que se esté, por ejemplo, frente a un homicidio. No visualizaron golpes letales y de la inspección asistida con equipos de rayos, no se detectó ninguna anomalía. Malestar de los familiares En una motocicleta llegaron los primeros familiares de la víctima. Con signos de dolor elocuente y rostros serios y con lágrimas en los ojos, fueron informados por las autoridades de cómo fue encontrado Pereyra. Resignados se colocaron a un lugar del procedimiento y tras esgrimir un cierto descontento con la mujer que habría estado en el automóvil, no ocultaron el enojo por todo lo ocurrido. Ante ésto, se escuchó que una mujer cuestionó a la aparente amiga de la víctima por ser la responsable indirecta de luctuoso hecho. (Uno)