E

l proyecto declara en “todo el territorio provincial la prohibición de venta y/o salida de rollizos (madera sin procesos industriales, proveniente de bosques implantados) y chips (madera con un mínimo de procesamiento para facilitar y abaratar el transporte) con destino a exportación para ser utilizados como materia prima en empresas productoras de pasta celulósica a través de procesos químicos ó semiquimícos”. En un correo enviado a INFORME DIGITAL, el legislador radical propone que la “madera proveniente de plantaciones o forestaciones sitas en el territorio provincial, sólo podrá salir de Entre Ríos previo procesamiento y/o transformación que le generen valor agregado”. Fernández señaló que esta iniciativa cuenta con el respaldo de la Asamblea Ambiental Ciudadana de Gualeguaychú y se inscribe en la lucha que las comunidades del Río Uruguay vienen llevando contra la instalación de plantas papeleras en la costa uruguaya. El proyecto tambien establece que la “contravención a las disposiciones de los artículos anteriores habilitará a la Autoridad de Aplicación, a imponer las siguientes sanciones: a) decomiso; b) clausura temporal ó definitiva de los establecimientos forestales, extractivos, comerciales, y de transporte; c) multa por el valor de 5.000 a 50.000 litros de nafta súper. Los importes de multas podrán aplicarse a cada una de las personas físicas y/o jurídicas responsables en función de la actividad forestal, extractiva, comercial ó de transporte desarrollada para cometer la infracción”. En la propuesta del diputado Fernández se determina que “la Autoridad de Aplicación será la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia de Entre Ríos, organismo que actuará en coordinación con la Secretaría de la Producción y podrá solicitar el auxilio de la Policía para el cumplimiento de sus obligaciones como así también requerir mandatos judiciales al efecto, siendo de aplicación supletoria el Código Procesal Penal en su parte pertinente, y que el Poder Ejecutivo reglamentará la Ley en el plazo de 60 días, a partir de su publicación”. Las numerosas normas de promoción y fortalecimiento del sector forestal han hecho incrementar el sector forestado, y por tanto el aumento de la producción maderera en la provincia de Entre Ríos. De esta manera nos encontramos hoy con una basta superficie sembrada con distintos tipos de árboles, aunque predomina el eucalipto, cuya principal destino es la producción de pasta de celulosa. Es conocida la instalación de una planta de producción de pasta de celulosa que lleva adelante en la ciudad de Fray Bentos, República Oriental del Uruguay, la empresa Botnia, de origen finlandés, en tanto la empresa Ence, de origen español anunció recientemente su retiro de la zona, habiendo sido en su conjunto el proyecto más grande del mundo para este tipo de producción. Sabida es la posición de los vecinos de la provincia de Entre Ríos contra esos emprendimientos, principalmente de las localidades de Gualeguaychú y Colón. Por ello, a través de este proyecto de Ley se pretende un doble propósito, por un lado que Entre Ríos no sea proveedor de materia prima de ese tipo de empresas y por el otro lograr incrementar la incorporación de valor agregado para el sector maderero provincial. La preservación del ambiente, conservación de los recursos naturales y prevención de la contaminación son pilares fundamentales en la Convención de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs) del 2001, aunando esfuerzos a nivel internacional para eliminar del mundo a los PCBs, dioxinas y furanos, entre otros. Asimismo, cabe destacar el informe de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación en el cual se refleja que tasa de extracción que se puede estimar a partir del volumen de madera extraído de los bosques cultivados. Dichas extracciones, durante los últimos 10 años, se ubicaron entre los 5 y 6,5 millones de toneladas; de ellas alrededor del 90% corresponden a rollizos de madera (el resto son postes, leña, carbón y otros productos). El consumo industrial de rollos de madera de especies cultivadas prácticamente no ha variado, el mismo se mantuvo alrededor de los 4,5 a 5 millones de toneladas anuales. Las principales industrias consumidoras fueron las de celulosa y los aserraderos, hacia ellas se destina más del 80% de los rollos de madera cosechados. En este sentido debemos expresar que en los últimos años se concretó el nacimiento de una nueva fase de procesamiento de la madera: la “industria del astillado”, cuyo principal producto son los chips de madera para la industria de la celulosa y que se destina a los mercados internacionales. De modo que las exportaciones de madera para pulpa comenzaron a cambiar su forma física, ya que a partir de estas inversiones se espera una creciente corriente exportadora de astillas de madera que sustituirá parcialmente las exportaciones de madera rolliza. En ese sentido, un importante volumen de las exportaciones sigue siendo la de rollos de madera sin ningún grado de elaboración. De modo tal que en la región se impone el modelo basado en el suministro de materia prima para industrias de capital extranjero, con el avance de iniciativas de radicación de plantas en la zona con sistemas productivos contaminantes. Así, el norte desarrollado pretende exportar sus “industrias sucias” al sur subdesarrollado, pobre y ávido de fuente de trabajo. En relación al consumo actual de pasta celulósica, la producción nacional resulta adecuada; esto se vé reflejado en el intercambio con otros países a quienes les vendemos más de lo que les compramos. Las pastas al sulfato son el principal volumen de exportación y a su vez el producto que más se importa. Con respecto a la celulosa, las pastas de madera al sulfato fueron las más producidas, consumidas y exportadas a otros países. El 71% de la producción total de pastas de madera, que en promedio durante el período 94/99 fue de 600 mil toneladas, corresponden a pastas al sulfato. De éstas, las pastas al sulfato blanqueadas representan el 80% de lo producido y el resto son sin blanquear. Ante la pretensión de implementar medidas para que desde Entre Ríos no salgan rollizos de madera cuyo destino final fueren las plantas de pasta de celulosa que se están erigiendo en la costa uruguaya, se plantea una cuestión legal por cuanto resultaría necesaria una norma nacional, y por ende sancionada por el Congreso de la Nación, en atención a que están en juego el Código de Comercio y el Código Aduanero, dispositivos ambos de jurisdicción federal. Sin embargo, ante la inacción de las autoridades del gobierno central, se impone un análisis severo que lleve a que, bajo el amparo de la Constitución Nacional que en su artículo 124 establece que “…Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”, se articule una norma provincial que atienda aquel objetivo. Por ello, Fernández propone este proyecto de ley, considerando al producto de los bosques implantados en la provincia como un recurso natural y susceptible de ser alcanzado por una normativa regulatoria emanada de la Legislatura entrerriana. Todo ello, de conformidad al requerimiento que en igual sentido formulara la Asamblea Ambiental Ciudadana de Gualeguaychú.