L
a jueza de Instrucción Marcela Badano investiga el hecho por el cual la hija del presidente de la Cámara de Taximetristas de Paraná, Eduardo Jacob, denunció que fue secuestrada por los ocupantes de un automóvil en la noche del miércoles. Tras estar retenida en contra de su voluntad, la menor logró escapar. Sin embargo, las autoridades policiales descreen del hecho y tratan de establecer qué fue lo que ocurrió. Evidentemente en el medio hay un claro conflicto de opiniones y situaciones entre la Policía y el taxista, que al conocer los comentarios no ocultó su malestar por las versiones difundidas y que tratan de desacreditar los dichos de su hija. En la comisaría segunda se recepcionó la denuncia de la adolescente, que asegura que fue levantada por la fuerza a poca distancia de su casa en calle Las Calandrias. Según contó Eduardo Jacob, su hija salía de un ciber cuando fue secuestrada por el término de una hora. Dos hombres en un auto tipo Ford Escort con vidrios polarizados la introdujeron por la fuerza y tras pasearla durante un tiempo fue amenazada por ser la hija de Jacob. “Le dijeron que merecía eso porque yo estaba jodiendo contra los remises. Decile a tu padre que se deje de joder con el tema de las ordenazas de los taxis y remises, que solamente los beneficia a ellos”. “Ella logró zafar de esa situación al llegar a Ramírez y Urquiza. Luchó y los pateó y así pudo abrir la puerta y escaparse para luego dar aviso a la Policía”, sintetizó el directivo. Por otra parte, al conocer la opinión de la Policía, criticó la actitud de las autoridades que “tratan de tapar su ineficiencia, desacreditando una denuncia seria y sólida”. Miño lo niega El jefe departamental de Policía de Paraná, Hugo Miño, informó a UNO que luego de efectuada la denuncia en la comisaría se inició “la búsqueda del automóvil y los sospechosos, pero de tal medida no se ubicó ningún auto con esas características”. Advirtió que algunas cuestiones del informe médico los llevaron “a tomar otra actitud con respecto al hecho y también al texto de la denuncia, ya que no coincidían las versiones con las pautas informadas”. “Por ello establecimos que la patrulla que tomó contacto con la menor notó que no estaba ni nerviosa ni afectada. Más allá de esto iniciamos una serie de diligencias que nos lleva a preguntarnos porqué no sufrió ninguna lesión al arrojarse del vehículo en marcha”, referenció, para marcar que “el médico no constató lesiones en el cuerpo, y tampoco quedaron marcas en la ropa de una acción de estas características”. Por todo esto, Miño señaló que se citó “nuevamente al señor Jacob y su hija para que aclaren varios interrogantes que objetivamente surgen y que para nada buscan investigar a la víctima, sino con la intención de buscar luz y aclarar el hecho”. El oficial indicó que, “cuando se produce un secuestro se pide dinero o bien se trata de promover a la víctima presiones sicológicas o físicas, y en este caso esto no está acreditado”, resaltó, para recordar que “los policías que la encontraron no la vieron ni nerviosa ni shoqueda ni afectada por una situación que ella denunció”. El titular de la Departamental entendió que el hecho, tal cual fue denunciado, no habría ocurrido. Finalmente contó que “se agregó al expediente la situación dada con la concurrencia al colegio. Ello nos da la pauta de que no habrían sido tales los dichos de la menor”.