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ara quienes reducen todo el contacto con el servicio eléctrico a la módica experiencia diaria de oprimir una perilla y esperar que un aparato se encienda o una lámpara se vuelva luminosamente incandescente, les parecerá una absoluta complicación o acaso una verdadera maravilla ingresar en esa atmósfera peculiar donde las distribuidoras se encargan de que los voltios y los amperes estén en su lugar, cuando el usuario los demande, donde fuere, a la hora que sea. Hay una serie de mecanismos de verificación en distintos planos que se activan automáticamente dentro de las empresas, como si fueran un interruptor o un transformador. Es curioso, pero la mejor noticia para una distribuidora es no aparecer en las noticias, salvo que se trate de la difusión de proyectos de inversión. De distintas previsiones se modela la mejor calidad en el servicio. El ‘veranito’ reciente fue ocasión propicia para que Enersa produjera evaluaciones. “A nivel nacional, fue la segunda marca histórica en el año; a nivel provincial, fue la octava: la demanda máxima se dio el 22 de febrero”, le comentó a EL DIARIO el director general de la Energía de Entre Ríos SA, ingeniero Silvio Eckert, antes de mencionar que “hemos estado haciendo inversiones superiores a los 100 millones de pesos desde abril de 2004; eso se nota en la distribución y nos distingue si hacemos una comparación con otras compañías”. Reconoce Eckert que “pueden producirse desperfectos puntuales, contingencias propias de los materiales a partir de los cuales se transmite la electricidad, pero no problemas estructurales”. Respecto de precauciones que se hubieran tomado al nivel de la distribuidora en sí, Eckert mencionó que “contratamos grupos generadores que instalaremos por ejemplo en Colón, donde habitualmente viven 20 ó 25.000 personas y en los fines de semana, por el fenómeno turístico, llegan a ser 70.000 los residentes; y lo propio ocurrirá en Federación, donde sucede lo mismo también por el turismo”. “¿Cómo se hace para calcular el impacto que tendrá en la demanda la compra incesante de aparatos de aire acondicionado?”, preguntó El Diario. “No tenemos forma”, contestó. Luego acotó que “cuando las personas llegan a su casa o una oficina, suelen poner el aire acondicionado a 20º para producir un enfriado rápido; nosotros recomendamos dejar el termostato en 24º, con lo cual el ambiente se irá climatizando relativamente rápido y se ahorrará hasta un 30% de energía”, propuso. En ese sentido, recordó que “en primavera, hace 24º y a nadie se le ocurre ni siquiera prender el ventilador porque el ambiente está agradable”. Acto seguido, sugirió mantener vigente el criterio para los meses por venir. “¿Cuál es el problema que genera del alumbrado público en el verano?”, interrogó esta Hoja. “Es que justo entra en funcionamiento en una franja horaria crítica, que en el caso de la energía eléctrica se extiende entre las 19 y las 23”, señaló. “Es cierto que el alumbrado público representa no más del 5% del consumo total”, admitió, aunque consideró que de todos modos “aporta” a la saturación que se intenta evitar. “La idea es que en las vías de acceso rápido, se apaguen, no sé, una de cada cuatro; y que en todo caso, se priorice la iluminación en áreas más densamente pobladas, por cuestiones propias de la seguridad”. Con los empresarios e industriales, se ha acordado intentar mantener los niveles de consumo de 2005 y, si fueran mayores, procurar ordenar la gestión de demanda. Enersa tomó la iniciativa de adquirir gasoil para producir energía pensando en una probable mayor exigencia y, en todo caso, propondrá a quienes lo pidan que compartan con la distribuidora los mayores costos que se produzcan. (El Diario)