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a Secretaría de Salud confirmó ayer que el fallecimiento de un joven de 25 años que se desempeñaba como peón en una explotación rural de las islas Lechiguanas, en el departamento Gualeguay, fue por hantavirus. El deceso de Alberto Martín Cardozo se produjo hace una semana en una clínica privada de Rosario, adonde había sido derivado desde el Hospital San Antonio, de Gualeguay. Allí, el bajo nivel de complejidad del nosocomio impidió brindarle la atención que el cuadro clínico requería. Inmediatamente los médicos intuyeron que la muerte del joven se había producido por hantavirus, aunque la confirmación llegó a la provincia recién el viernes último, tras los análisis que se practicaron en el Instituto Maiztegui, de Pergamino, en la provincia de Buenos Aires. Según dijo ayer a EL DIARIO la doctora Mónica Ilardo, directora de Epidemiología de la Secretaría de Salud de Entre Ríos, en lo que va de 2006 ya suman ahora tres muertes por hantavirus: a principios de año se registraron dos decesos, uno en Victoria y otro en Rosario del Tala. DETALLES El joven muerto se desempeñaba como peón rural en una zona de la provincia donde en 2004 se produjo un brote de hantavirus. La directora de Epidemiología sostuvo que inmediatamente después de conocido el hecho, funcionarios de Salud se hicieron presentes en las islas Lechiguanas y le practicaron análisis a los otros dos peones que trabajaban junto a Cardozo, para descartar eventuales contagios. El muchacho había sido internado dos veces en el Hospital San Antonio de Gualeguay dos días antes de su deceso. Desde allí pasó, primero a la unidad de terapia intensiva del hospital, y luego a Rosario, donde murió. Sobre el caso, el director del Hospital San Antonio, Alberto Duarte, explicó que “tuvimos conocimiento durante el fin de semana, y yo específicamente el lunes, sobre una derivación a Terapia Intensiva. Fue un cuadro que evolucionó muy rápidamente durante el fin de semana”. El médico manifestó que “cuando el paciente ingresó a terapia intensiva, se sospechó que podía ser hantavirus, por lo que se lo derivó a Rosario”. Pero Duarte afirmó que “el contagio no ocurrió en Gualeguay. En Las Lechiguanas sabemos perfectamente que hay virus”. QUÉ E . El hantavirus es una enfermedad infecciosa, una zoonosis cuyo origen es un virus que infecta a distintos roedores (ratas, ratones, etcétera) que no les provoca ningún tipo de enfermedad, permaneciendo en los mismos durante toda la vida. El contagio al ser humano se produce fundamentalmente a través de las vías respiratorias, aunque existen otras formas de transmisión. La enfermedad es conocida en Oriente desde principios del siglo pasado y en Occidente se la conoce a partir de 1950. El nombre de la enfermedad proviene del río Hantag, en cuyas orillas fueron detectados los primeros casos. En la Argentina los primeros casos detectados datan de l987, para luego producirse otros casos en áreas alejadas de donde ocurrieron los casos originales: El Bolsón, Bariloche, Santa Fe, Córdoba, Orán e Islas Lechiguanas, en Entre Ríos. Una vez transmitido el virus al hombre, tiene un “desenlace muy rápido”, según explicó la directora de Epidemiología. La aparición de nuevos casos lo atribuyó la funcionaria a la quema de pastizales y plantaciones en el sur, hecho que empujó a los roedores que habitan esas zonas a trasladarse a áreas pobladas por el hombre. Cómo se contagia El Síndrome Pulmonar por Hantavirus (SPH) es una enfermedad viral, potencialmente fatal, producida por el hantavirus, un virus que normalmente infecta roedores silvestres. Inicialmente, los síntomas pueden ser confundidos con los de una gripe: fatiga, fiebre y dolores musculares (principalmente en muslos, caderas, espalda y hombros). Pero después aparecen la tos y una dificultad respiratoria. Y si bien en su momento se pensó que sólo se transmitía de roedores al hombre, luego de la epidemia que en 1996 sacudió a El Bolsón, se confirmó que también hay contagio de persona a persona. Sin embargo, los roedores silvestres son los reservorios por excelencia de la enfermedad. De acuerdo a lo que señalan los especialistas, los roedores presentan infección crónica y asintomática y contaminan el medio ambiente por medio de sus excreciones y secreciones, que son aerosolizadas. Se supone que el hombre se infecta por inhalación de las excretas de los roedores infectados. El virus también puede entrar por vía conjuntival o por mordedura del animal, según datos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Dr. Carlos G. Malbrán. (El Diario)