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os de los principales periódicos de Montevideo, El País y El Observador, pusieron en sus tapas títulos sobre la preocupación de los servicios de seguridad uruguayos ante el “peligro” de que la asamblea de Gualeguaychú realice alguna acción durante la Cumbre de Presidentes Iberoamericanos que se realizará del 3 al 5 de noviembre. “Vigilan a agitadores”, anuncia El País, sobre la foto de un asambleísta que, mate en mano, participa de un reciente escrache contra las papeleras. El Observador va aún más lejos y asegura que la policía “teme la presencia de ambientalistas argentinos” por lo que “controla sitios web y cadenas de mails”. El temor es que los vecinos trastoquen el protocolo del encuentro, para el que ya se empezaron a desplegar máximas medidas de seguridad. “La policía no descarta la posibilidad de alguna irrupción semejante a la Cumbre de Viena con la modelo Evangelina Carrozzo”, dice El País. El Observador cita al jefe de policía de Montevideo, Ricardo Bernal, que declaró que “dentro de las áreas restringidas, no permitiremos ninguna presencia ajena a la cumbre”. El matutino consigna el “alerta” de la policía por la marcha que quince organizaciones sociales y sindicatos convocaron con la consigna “Contra la cumbre capitalista”. Luego de calificar a sus organizadores como “grupos radicales”, El Observador informa que la policía “está siguiendo muy de cerca correos electrónicos y sitios de Internet” de “las organizaciones radicales a los efectos de detectar eventuales amenazas”. Dentro de ese paquete aparecen mencionados los vecinos de Gualeguaychú. Las declaraciones del jefe de policía, sin embargo, le bajan el precio al tono tremendista del periódico, que destacan que las autoridades “temen protestas por las papeleras”. Ricardo Bernal aclaró que “del reporte diario” que hacen “con agencias de inteligencia de los países de la región” surge que desde Gualeguaychú podría llegar, como mucho, una “típica comparsa carnavalera luciendo pancartas referidas a la instalación de la planta de celulosa de Botnia en Fray Bentos”. Según el matutino, “las autoridades no han detectado amenazas graves, pero están alertas”. “Ni que fuéramos de la ETA”, comentó Gustavo Rivollier, desde Gualeguaychú, al enterarse de la noticia. El coordinador de la asamblea ambiental sostuvo que en la ciudad no hay planes de viajar a Montevideo. “A lo sumo vamos a cortar la ruta de este lado. Pero si vamos allá con una protesta y nos meten presos, no nos sueltan más.” Los vecinos están que trinan contra los medios uruguayos. Sucede que en las últimas semanas aparecieron movileros de televisión en las asambleas que realizan en el teatro de Gualeguaychú, que casi siempre son abiertas al periodismo. Los asambleístas se quejan de que han recortado y tergiversado sus expresiones, en el afán de hacerlos quedar como una suerte de nuevos terroristas ecológicos. Pero hay que decir que, aun entre quejas, lo cierto es que también aprovechan la presencia de esos medios para chucear a los uruguayos; en una de las últimas asambleas, por ejemplo, uno de los presentes pidió la palabra y preguntó si ya estaban listos los tambores de doscientos litros y los cables de una pulgada para cortar el río. Aunque era una provocación, los uruguayos lo difundieron en su tierra. También fue desmesurada la pintura que ayer estos diarios de Montevideo hicieron de los vecinos, llamándolos “agitadores” y pintándolos como una amenaza para la cumbre en la Tabaré Vázquez y Néstor Kirchner se volverán a ver cara a cara, con el retorno de los cortes de ruta como telón de fondo. (Página 12)