P
ero la peligrosidad que ostentaban quienes ayer fueron detenidos tras un enfrentamiento pone de relieve una grave realidad.
Dos personas inadaptadas socialmente y que, lamentablemente cuentan con la solidaridad del resto de sus familiares para afectar a sus propios vecinos, a los que les cobraban peaje para poder pasar por la calle, protagonizaron ayer un serio disturbio cuando, tras ser denunciados, una patrulla los fue a detener.
Todo comenzó con los llamados de vecinos que, indignados, acusaban a Jorge Rodríguez, de 28 años, y a Hugo Godoy, de 18, porque a través de amenazas y mostrando armas, se habían adueñado de la zona de calles 968 y 161 del barrio Anacleto Medina, en jurisdicción de la Comisaría 9ª de Paraná.
Cuando el patrullero de la dependencia policial se aproximó al lugar, comprobó la veracidad de los datos aportados por quienes se quejaban de esta situación y de inmediato los interceptaron para las formalidades del procedimiento, comenzando por identificarlos, palparlos de armas y trasladarlos a la comisaría para interrogarlos.
Pero poco pudieron hacer los uniformados, puesto que los dos sujetos se rebelaron de inmediato y uno de ellos —Rodríguez— sacó un cuchillo con el que empezó a tirar puntazos y, por su parte, Godoy extrajo de entre sus ropas un pistolón de fabricación casera con el que intentó un disparo, pero afortunadamente logró ser impedido.
Fue en ese momento en el que empezaron a llover piedras sobre los efectivos policiales, provenientes de un domicilio cercano, donde —según versiones oficiales— viven algunos familiares de quienes finalmente terminaron detenidos.
Como saldo de la pedrea, algunos policías terminaron con golpes de cascotes pero el mayor daño lo tuvo el móvil policial, al que le hicieron estallar vidrios.
Por orden del juez de turno, Rodríguez y Godoy fueron derivados directamente a la Alcaidía de los Tribunales, donde en el transcurso de la jornada de hoy serán indagados por cargos de resistencia a la autoridad, abuso de armas, lesiones y daños contra bienes del Estado.
Además de la violencia puesta de manifiesto por los agresores, no se puede perder de vista que en algunos lugares, al margen de que ya no se respeta la investidura de un uniforme policial, lo que lleva a una ruptura total de códigos que algunos delincuentes aún mantenían, se pone de relieve la solidaridad de algunos vecinos que hacen causa común contra quienes buscan proporcionarle seguridad al barrio, corriendo a pedradas la patrulla, quizá sólo para congraciarse con quienes a fuerza de violencia los viven atemorizando.
OTRO CASO. No solo en Paraná hubo situaciones violentas que terminaron con policías agredidos. En la ciudad de Concordia, una patrulla policial que acudió a intervenir en un enfrentamiento entre dos grupos antagónicos terminó siendo agredida por todos los violentos que se estaban peleando, los que de repente decidieron hacer causa común, olvidar sus cuestiones y aunar esfuerzos para pegarle a todo lo que tuviera uniforme.
Fue aproximadamente a las 4.30 de la madrugada, en la esquina de calles Irigoyen y Buenos Aires, donde los ocupantes de un móvil de Comando Radioeléctrico fueron advertidos de una riña. Al llegar al lugar, todos los irascibles comenzaron a volcarse en agresiones físicas y verbales contra los policías, los que trataron de defenderse sin utilizar armas de fuego, por lo que tras varios golpes recibidos, y ante la llegada de refuerzos, los agresores optaron por darse a la fuga, siendo detenidos únicamente dos de los más violentos, que fueron identificados como Emilio y Exequiel Sanabria, ambos mayores de edad, los que quedaron a disposición del juez de Instrucción de esa jurisdicción. (Fuente: El Diario)
