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Vos suponete que..." Esta frase de una estudiante secundaria entrerriana dirigida al presidente de la Cámara Federal de Paraná, Gabriel Benjamín Chausovsky, provocó risas entre docentes y jueces en el taller desarrollado con magistrados nacionales y alumnos entrerrianos y sintetizó el éxito del acercamiento que procuran los organizadores del programa "La Justicia va a la escuela". "Homicidio es matar a otro, suicidio es matar a un suizo", disparó Chausovsky y acompañó con una sonrisa ante los 40 alumnos de tercero y cuarto año de la Escuela del Centenario, del Colegio Nacional, de la Escuela Normal, de la escuela del Club Estudiantes y del Colegio La Salle. El taller, realizado en la sede de los tribunales federales de esta ciudad, duró una hora y media. Durante ese tiempo los alumnos miraron un video en el que aparecía un periodista relatando un accidente con entrevistas a testigos, y luego se leyó la noticia aparecida en un supuesto diario. Después se reunieron en grupo para responder media docena de interrogantes, acompañados por Chausovsky y la jueza nacional en lo Civil Virginia Simari, de la Capital. "La clave de esto es tratar de trabajar contra el prejuicio", resumió Simari y recordó que el programa es organizado por la Asociación Conciencia y la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, con el auspicio de la embajada de los Estados Unidos en la Argentina. "Advertíamos que ante los escasos niveles de confianza que generaba nuestro sistema no era suficiente con trabajar a conciencia y hacer buenas sentencias, sino que era preciso que la gente lograra confiar en esas decisiones. De este modo, entendimos que la mejor forma era, adicionalmente, involucrarnos en trabajar con los jóvenes para permitirles descubrir en qué consiste el proceso de toma de decisiones", indicó la magistrada. Simari dijo que en los encuentros realizados en la Capital y en la provincia de Buenos Aires "los resultados son altamente positivos". "Los chicos nos piden la reedición del programa y han generado espontáneamente una lista de voluntarios que quieren colaborar", agregó la magistrada. Opiniones Pasado el taller y los aplausos, y antes del café que compartieron jueces, profesores y estudiantes, se escucharon opiniones de los adolescentes: "Me encantó el debate, está muy bueno el intercambio de opiniones. Aparte, un juez federal... hubiera estado mejor con más tiempo porque no llegamos con todas las preguntas", comentó Catherine. "Yo no conocía a un juez en persona, el encuentro fue muy enriquecedor para todos; me encantaría de nuevo con distintos casos y hablar más sobre otros temas", dijo Hernán. Fernanda quedó preocupada por la cantidad de pruebas que deben reunirse para poder decidir en un juicio, y Lucas, un estudiante llegado hace un mes y medio de Oberhaching (30 kilómetros al sur de Munich, Alemania) en un plan de intercambio, se mostró entusiasmado con la posibilidad de hablar en directo con los jueces. No hubo reproches al sistema o a algunos jueces en particular, pero tampoco daba lugar el taller para que los adolescentes expusieran qué piensan de la Justicia en el país o en la provincia.