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as entidades del sector mantienen reuniones para elaborar una propuesta que garantice una rentabilidad razonable. Le brindarán un detallado informe sobre los costos y las peculiaridades de la producción. La semana que viene habría novedades. El Gobierno nacional, obsesionado por mantener bajo control la inflación —el fantasma más temido por los argentinos, que puede llevarlos a cambiar su voto—, amenaza ahora con poner precios máximos a las frutas, entre ellas, obviamente, las cítricas. Esa posibilidad puso en alerta a los citricultores entrerrianos quienes por estas horas mantienen reuniones para elaborar una propuesta que elevarán, junto con sus pares del resto del país, al Gobierno nacional para intentar frenar lo que algunos ven como irreversible: la intervención oficial directa en el mercado frutícola, como ya sucedió con la carne, la leche y el trigo, entre tantos productos. Los dirigentes del sector son muy cautelosos, acaso por temor a que cualquier declaración moleste al polémico supersecretario, y prefieren no hablar demasiado. No sea cosa que Moreno se enoje y dé por cerradas las negociaciones. Se sabe, sin embargo, que trabajan en la elaboración de un documento en el que detallarán exhaustivamente los costos y las peculiaridades de la producción citrícola. Sugerirán, además, precios estimativos para cada variedad que garanticen una rentabilidad razonable al productor. La propuesta será elevada el miércoles próximo a través de Federcitrus, la cámara nacional que agrupa a las distintas federaciones de citricultores, y recién allí se tendrá un panorama más claro. MALESTAR La posibilidad de la fijación de precios tope —no podía ser de otra manera— cayó muy mal entre los citricultores entrerrianos, al punto que ese fue uno de los reclamos que llevaron a la movilización del miércoles en Chajarí. “El precio de la fruta es estacional”, le recordó EL DIARIO RURAL un productor citrícola, y explicó que “las subas del último mes responden a los problemas climáticos sufridos —sequía y heladas— que disminuyeron la producción. Esa menor oferta generó el aumento de precios”. El Gobierno, agregó, “ahora se preocupa porque el mercado viene levantando los precios, pero nada dijo cuando durante el invierno estuvimos trabajando a precios de costo”. “Si quieren fijar un precio tope cuando los precios suben, que también fijen un precio sostén cuando bajan y tenemos que trabajar a pérdida”, razonó. Una fuente oficial, en tanto, confirmó que el miércoles “puede haber novedades” respecto de los precios de la fruta y ratificó que las entidades de productores trabajan para llevarle a Moreno “los números bien claros de los costos de produción”. “Todos queremos comer naranjas baratas, pero hay que asegurarle rentabilidad al citricultor porque de lo contrario no habrá más naranjas”, advirtió la fuente, al tiempo que expresó su confianza en que se llegue a “un acuerdo razonable”. Los costos laborales UNO DE LOS RECLAMOS DE LOS PRODUCTORES ENTRERRIANOS en la movilización del miércoles en la rotonda de Chajarí, cuando mantuvieron cortada la ruta 14 por casi diez horas, fue la instrumentación de una política diferencial para las actividades intensivas, concretamente, la citricultura. Una de las propuestas es que los aportes patronales no superen el 15 % del sueldo del trabajador (hoy llega al 58 %). “Sería una buena medida que nos permitiría reducir costos, pero también beneficiaría a los trabajadores”, señaló un citricultor, y advirtió que “los problemas no se van a resolver nunca mientras sigamos con los costos laborales actuales”. Remarcó, asimismo, que “se necesita una reforma muy profunda que atienda las particularidades de la citricultura”. (Fuente: El Diario)