P
or Ceferino Azambuyo Cuando no se sabe con precisión cual es el porcentaje de pago que habría efectuado el municipio al ingeniero Martínez, por la construcción de la ampliación de la red cloacal para conectar el servicio al barrio construido por el IAPV, ubicado en la zona norte de Villaguay. La comprobación "in situ" fue realizada por personal de Obras Públicas de la comuna que no podía creer que no solo existe una diferencia de unos 70 centímetros del nivel lógico para una normal descarga de los efluentes cloacales desde las viviendas, sino que además faltaba el tramo del caño hacia las casas y uno de los extremos un balde plástico pegado con cemento producía el taponamiento provocando el rechazo al momento de hacerse las pruebas correspondientes para certificar la obra. Al encontrarse con estas notables irregularidades, quien oficia de encargado de Obras Públicas Municipal, Aníbal Redruello, convocó al Secretario de Gobierno y Hacienda Ramón Giacomino para observar y analizar las posibles acciones judiciales que le corresponde llevar adelante al municipio contra la empresa. Lo increíble es que la obra fue licitada a mitad del año 2005 y en el inicio de 2006 ya los responsables de la comuna sabían perfectamente bien que la empresa no había cumplido con el trabajo correctamente pero se le dió otra oportunidad para corregir el problema, hasta que hace pocos días atrás el responsable de la misma dió por terminados los trabajos, esperando la certificación luego de la inspección, lo que no sucederá debido a las tremendas irregularidades que presenta. Según testimonios de varias de las personas que integraron el grupo de 20 que se ocupó de efectuar las tareas, aún el contratista les adeuda unas cuatro quincenas o meses por lo que no saben, ante esta circunstancia, si algún día cobraran. Otra versión surgida desde quienes desarrollaron tareas permiten saber que se trabajó en condiciones de total imprevisibilidad en relación a las medidas de seguridad, ya que este tipo de obras a unos 6 metros de profundidad se deben realizar con encasillado que es una protección para evitar desmoronamiento, precisamente un operario fue salvado por sus pares, luego de quedar atrapado al caérsele tierra encima. La otra pata de este impresentable panorama es la situación de los adjudicatarios que deambulan pidiendo explicaciones y fechas pero nadie les sabe decir cuando entregaran el grupo habitacional y en ese panorama incierto muchos han renovado contrato de alquiler y otros han sido desalojados y tuvieron que hacer una erogación extra y onerosa buscando un lugar donde vivir, mientras la decidía, el descontrol, la ineptitud, la falta de sentido común y la incapacidad sigue dando vueltas para encontrar una explicación a un desenlace esperado. Como se explica que la inspección se haga al final de la obra y no simultáneamente, eso demuestra que el área correspondiente esta a cargo de alguien que si tiene dignidad, como dice la expresión, debe echarse. En las últimas horas sobrevoló el rumor de un boicot de los obreros hacia la empresa por falta de pago, también se agregó que existió una travesura aparentemente de niños que según se explico, se produjo como consecuencia del taponamiento con tierra de un caño que se dejara para realizar futuras conexiones. Podrán surgir otras tantas versiones, lo cierto es que a esta altura de las circunstancias la credibilidad de quienes ocupan el Palacio de calle San Martín, es casi nula.