E
l programa es impulsado en conjunto por la Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande (Cafesg) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), con el auspicio del Centro de Comercio, Industria y Servicios. Las actividades se desarrollan en la flamante sede del INTI en Concordia, sita en 1° de Mayo 234. Las empresas industriales, de servicios y comerciales totalizan 78, con lo cual el número de Pymes beneficiadas con esta edición del PMC llega a 90, cifra que triplica la cantidad de participantes en la edición original. Este I Modulo del Programa, con su respectiva Asistencia Técnica, está a cargo de la licenciada Angelina Schmidt, profesional del Centro Regional Mesopotamia del INTI con sede en Concepción del Uruguay, quien desarrolla los temas “Las 5 S” (en japonés, separar, ordenar, limpiar, sistematizar y estandarizar) y Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). Schmidt explicó que “la aplicación de la técnica japonesa denominada ‘5 S’ es considerada el primer paso necesario para toda mejora dentro de una organización, puesto que engloba un conjunto de actividades destinadas a cambiar los hábitos y el comportamiento de las personas para crear condiciones de trabajo y ambientales adecuadas, para optimizar la calidad y la productividad”, agregó. Con respecto a las BPM, Schmidt señaló que “son prácticas que contribuyen a asegurar la calidad en la elaboración de los productos alimenticios de manera tal que estos resulten seguros y saludables para los consumidores”. En cuanto a los objetivos del Módulo, la profesional del INTI afirmó que “con la aplicación de las ‘5 S’ apuntamos a mejorar la seguridad, el orden y la limpieza, pero a través de la comprensión, el desarrollo y la puesta en práctica de la metodología de trabajo en equipo como herramienta de solución de problemas”, enfatizó. Por su parte, “la implementación de las BPM es fundamental porque permite desarrollar los procesos de fabricación en forma adecuada, minimizando los riesgos de contaminación y facilitando las tareas de higiene y la lucha contra posibles plagas, además de promover una mejora generalizada en la producción”, graficó Schmidt. Los beneficios derivados de la aplicación de las ‘5 S’ son realmente diversos. “Se previenen accidentes porque se mejoran las condiciones de seguridad; disminuyen notablemente los trabajos y servicios con fallas; se facilita el mantenimiento; se ahorra energía de las personas porque cualquier tarea puede ser realizada en menor tiempo; aumenta la eficiencia, porque es más fácil encontrar lo que se perdió y detectar lo anormal, y se disminuyen los costos, porque se genera un mejor aprovechamiento de los recursos”, enumeró la licenciada. En tanto, “las BPM posibilitan elaborar alimentos inocuos que no causan daños al consumidor cuando se los preparan o consumen. Que un alimento sea inocuo es la mínima expectativa del consumidor y por lo tanto no debe considerarse como un valor agregado. El atributo inocuo en un alimento es intrínseco a su esencia, puesto que de no serlo, deja de ser un alimento”, finalizó Schmidt.