L
as lluvias de las últimas horas, que promediaron los 50 milímetros en las principales áreas agrícolas, llevaron algo de alivio al norte de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, norte de Córdoba, este de Santiago del Estero, oeste de Corrientes, Chaco y el este de Formosa. En cambio, en el centro y sur de Córdoba, La Pampa y el sudoeste bonaerense, el déficit hídrico sigue causando estragos. En la denominada zona núcleo (la región agrícola más productiva), el agua llegó justo a tiempo para encarar las tareas de siembra. Aunque las lluvias no fueron suficientes, hay optimismo porque el pronóstico prevé nuevas precipitaciones. No obstante, el fenómeno no será gratuito. Según el informe semanal de la Bolsa de Cereales, los menores rindes de la zona centro y norte del país podrían provocar mermas en la expansión triguera que se esperaba para esta campaña. Los cultivos con mejores expectativas de rendimiento están en el norte, centro y sudeste de Buenos Aires y en el extremo norte de La Pampa. Por la sequía, una de las más severas de los últimos tiempos, el trigo en malas condiciones alcanzaba el 33% de la superficie sembrada en todo el país, los regulares el 21% y los buenos o muy buenos el 46 por ciento. Según la Bolsa de Cereales, "con esta valoración, una tercera parte de la superficie destinada al cereal tendría lotes con elevada pérdida de rendimiento potencial". En cambio, la nueva humedad en el suelo impulsaría la siembra de granos gruesos, que presenta una demora muy significativa: para esta fecha, el año pasado se había sembrado un 5% más de girasol y un 10% más de maíz. En esta campaña se sembrarían 75.000 hectáreas menos de girasol que los 2,46 millones de hectáreas previstas.