E
l ex presidente Carlos Menem fue dado de alta ayer en una clínica privada de Barrio Norte, luego de permanecer internado una noche para realizarse una serie de chequeos de rutina. A la salida, insistió en que será candidato el año próximo y criticó la gestión de Néstor Kirchner."Yo entré por la puerta grande de la Casa de Gobierno, y salí por la puerta grande", desafió Menem, que hace dos meses cumplió 76 años. Fue poco después del mediodía, en la puerta del Sanatorio Otamendi.
Sobre su estado de salud, dijo que los exámenes médicos habían arrojado buenos resultados. Mencionó un ecodoppler, una tomografía computada y una ergometría. "Me dieron muy bien, excelente", aseguró, sonriente.
La internación habría sido decidida en la semana junto a su médico de cabecera, Alejandro Tfeli. El viernes por la tarde, Menem jugó al golf; luego lo vieron en buen estado en el Hotel Presidente. Ya en el Otamendi, recibió la visita de su hija, Zulemita, y pasó la noche con su amigo y ex secretario, Ramón Hernández.
Consultado ayer por la prensa sobre sus posibilidades para las presidenciales de octubre próximo, ratificó sus intenciones de volver a enfrentar a Kirchner. "Acá hay oposición, pero está muy dispersa. Le falta mucho para ser una verdadera oposición. Soy el único que cumplió con su gestión", afirmó.
A la hora de la autocrítica, breve, el actual senador por La Rioja enumeró "la reforma constitucional de 1994", que —sin embargo— fue la que le permitió alcanzar la reelección un año después. También admitió que "quizá se nos haya ido de la mano un poco el déficit fiscal", pero se encargó de recordar que su administración "dejó reservas en el Banco Central por más de 35.000 millones de dólares".
En su provincia, la internación de Menem fue tomada por sorpresa. Ayer al mediodía lo esperaban con un asado para una reunión social a la que asistiría su esposa, la ex Miss Mundo chilena Cecilia Bolocco, que al final no se concretó. Eduardo Menem había viajado a la ciudad de La Rioja el mismo viernes por la tarde, como señal de que su hermano no corría riesgos.
La internación más grave del ex presidente fue la de octubre de 1993, cuando debió someterse a una operación por la obstrucción de la arteria carótida, que es la que irriga sangre del corazón al cerebro.