
De ANÁLISIS
En el programa de televisión “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral), el ministro de Seguridad y Justicia, Néstor Roncaglia, delineó un crudo panorama del delito en la provincia, afirmando que el narcotráfico “ocupa muchas veces el lugar del Estado en las barriadas”, y que el crecimiento del narcomenudeo en los sectores más vulnerables ha propiciado “una esclavitud química, sobre todo en nuestros jóvenes”. Durante la extensa entrevista, señaló que la estructura del crimen se ha vuelto transgeneracional: “En las unidades penales hay abuelos, padres e hijos detenidos”.
Con más de cuarenta años en las fuerzas, Roncaglia defendió la política de desfederalización de los delitos relacionados con drogas y reveló que, en seis meses, se realizaron “600 allanamientos por narcotráfico”, con incautaciones que incluyen “182 kilos de marihuana” y “420 de cocaína”, además de “3.800 procedimientos en total”. Y destacó: “A doña Rosa no le importa el gran cargamento, le importa el quiosquito que está a la vuelta de su casa”.
También criticó la precariedad del sistema penitenciario: “Recibimos unidades sin escáneres ni perros; es difícil controlar todo de esa manera”. Reconoció la existencia de “funcionarios desleales” y admitió que, en tan solo un año y medio, “se secuestraron 1.500 teléfonos celulares dentro de las cárceles”, donde muchas veces los narcos siguen manejando el negocio.
Frente al crimen organizado, reveló que incorporaron contadores al área de Drogas Peligrosas para atacar “la pata” financiera: “Queremos desfinanciarlos. Si siguen manejando el dinero, vuelven a comprar. Perder un cargamento para ellos no tiene valor”, deslizó.
En otro momento de la entrevista, se refirió a la “desaparición de Enrique Fabiani”, registrada en junio de 2024: “Fui dos veces al lugar. Quería sentir qué pasó… pero no tengo ni idea. Es una asignatura pendiente”, admitió. En cuanto a la “alarmante tasa de suicidios”, detalló que en lo que va del año “se registraron 138 casos”, muchos de ellos relacionados con “jóvenes, consumos problemáticos y estados depresivos”.
Sobre una eventual candidatura legislativa, fue tajante: “Hoy me enfoco en el trabajo como ministro de Seguridad. Lo que diga el gobernador, lo haré”.
-Una de sus obsesiones profesionales en los últimos 10-15 años, marcadamente visible, ha sido el narcotráfico. Se le reconoce como uno de los especialistas más experimentados en el tema. ¿Cuánto se ha avanzado en este año y medio en Entre Ríos para erradicar el narcotráfico?
-La obsesión tiene sus razones: considero que es un flagelo real, contemporáneo en Argentina. Un problema que genera una esclavitud química, especialmente en nuestros jóvenes. Por eso, mi preocupación. Tengo dos hijos y este contexto me motiva aún más a ocuparme del asunto. Se ha avanzado notablemente. Se armó un gran equipo. Cuando hablé con el Jefe de Policía le manifesté que avancemos en varios delitos, pero el narcotráfico es mi principal preocupación. Siempre he estado del lado de la investigación del macro tráfico. Pero entendí que el problema radica en el microtráfico, en lo que denomina narcomenudeo. Cuando las drogas llegan a los consumidores, al transformarse en dinero en ese famoso pasamanos. La adhesión a la Ley Federal o la desfederalización que realizó Entre Ríos en 2018 -la Ley 10.566-; a mi juicio, más allá de las críticas, creo que a la Justicia Federal no le agradó mucho, pues su enfoque está en los grandes cargamentos. Sin embargo, a doña Rosa, al vecino, a la abuela, al abuelo, al padre, a la madre, les preocupa el quiosquito a la vuelta de su casa.
-En Paraná y otras localidades -hemos realizado numerosos informes periodísticos-, especialmente en barrios con graves necesidades, donde familias enteras trabajan para el narcotráfico, desde niños de 8 años en adelante.
-Lo consideran una fuente laboral… Entonces, observo las estadísticas. Siempre miro hacia atrás para evaluar lo positivo, pero también miro hacia adelante. Comparando las estadísticas, ha aumentado un 300 por ciento la efectividad en los allanamientos y en el secuestro de drogas. Lo he tratado con el Procurador y varios fiscales porque necesitamos el compromiso de la Justicia, de los fiscales y de los jueces de Garantías. La Policía no puede actuar sola en la represión del narcotráfico como lo hace en la prevención. Este año ha habido 600 allanamientos solo por narcotráfico, en menos de seis meses: 182 kilos de marihuana, en parte en bloque, pero la mayoría distribuida y fraccionada, lista para comercializar; 420 kilos de cocaína. A eso sumamos una intervención fortuita o no, con un avión en las Islas de Ibicuy; 3.800 allanamientos en total en apenas seis meses.
-Es justo reconocer que en los últimos 4-5 años la Policía ha trabajado de forma excepcional en el narcotráfico. De hecho, los principales líderes de las bandas narcotraficantes han sido detenidos.
-Valoro el profesionalismo y los recursos humanos de la Policía. Realmente, lo sabíamos y lo destaco, son trabajadores comprometidos, y en cuanto al narcotráfico, han estado en constante labor. Realizamos numerosas intervenciones en las rutas, deteniendo a grandes bandas. La Policía de la provincia detuvo a (Leonardo Roberto) Airaldi, un caso notable; porque a Airaldi nadie lo podía detener: operaba en Entre Ríos y en Santa Fe, Rosario. Y la Policía de Entre Ríos logró atraparlo el año pasado. Se trabaja intensamente. Pero, insisto, diariamente… diariamente… en Concordia enfrentamos un narcotráfico que ha avanzado en las barriadas…
-Usted lo sabe mejor que nosotros. En situaciones de crisis sociales, el narcotráfico avanza.
-Va de la mano.
-Muchos no encuentran trabajo y ven en esa opción una forma de subsistir.
-Exacto. Justamente, me refería a la familia porque es común que ocurra. En las unidades penales hay abuelos, padres e hijos detenidos. Este trabajo ilegal no desaparece; se transmite de generación en generación. Cuando los esposos son encarcelados, las mujeres ocupan el rol, sobre todo en el narcomenudeo. No lo ven como algo grave, lo consideran una “fuente laboral”. Dicen que no tienen trabajo y deben recurrir al narcotráfico. Así, cuando realizamos allanamientos, no comprenden la gravedad de la situación.
-Es como si pensaran que operan un quiosco de golosinas…
-Los paquetes de 100-200 envoltorios para ellos son “caramelos”. Hay un negocio complejo que genera un gran daño. Lamentablemente, en estas comunidades marginadas, el patrón narco muchas veces ocupa el lugar del Estado. Este es uno de nuestros problemas: la necesidad de estar presentes en las barriadas y no abandonar el territorio, porque… en la lógica de la mafia, el patrón narco ocupa el rol del Estado, sosteniendo económicamente a quienes lo necesitan.
-No solo a los vecinos que requieren ayuda en ese barrio específico. Incluso, hay clubes donde el narcotráfico se introduce como una especie de patrocinador. ¿Cómo están abordando esa otra realidad?
-La División de Drogas Peligrosas estaba limitada a una unidad de narcomenudeo. Lo que hicimos fue dividir en dos secciones: un grupo se dedica al narcomenudeo, y otro, al macro tráfico. Realizamos un avance significativo, contratando a dos contadores, especialistas en recuperación de activos, que están colaborando con Drogas Peligrosas, porque allí también hay que dar impacto económico, que es lo que más les afecta.
-¿Con solo dos contadores es suficiente?
-Es lo que hay. Y, lamentablemente, la situación económica no es favorable, no es ideal para avanzar en diversos aspectos. Estamos trabajando con lo que tenemos. El gobernador es consciente de que estamos administrando pobreza. Contamos con dos contadores, estudiantes; la idea es mejorar, investigar la parte financiera, desfinanciarlos. Porque si les secuestramos la sustancia y siguen controlando el dinero, van a poder volver a comprar; para ellos, perder un cargamento no tiene gran valor.
Cárceles vulnerables
-¿Cómo están enfrentando el ingreso de celulares y sustancias en las cárceles? Es preocupante que los jefes narcos, aún encarcelados, sigan operando el negocio narco. Muchos guardiacárceles son cómplices de esos narcos.
-Nuestras unidades penales, como he mencionado, las recibimos sin escáneres, ni perros. Controlar todo de esa manera es bastante complicado. Y más aún, considerando que nuestras unidades están ubicadas dentro de las ciudades y en contacto con el entorno. Actualmente, estamos incorporando perros para detectar sustancias. Sin embargo, los teléfonos son un problema porque se introducen de diversas formas. Se han destruido 4.300 teléfonos secuestrados. En un año y medio se incautaron 1.500 teléfonos en todas las unidades de la provincia. Esto es mucho. Esta situación se presenta en todo el mundo y en toda Argentina. La persona privada de libertad necesita estar en contacto con el exterior, con su familia, con su amante, realizar negocios, amenazar y hacer llamadas extorsivas desde esos teléfonos… Pero también comprendo que el personal del Servicio Penitenciario reconoce la importancia de su labor. Ellos han desarrollado una gran capacidad para detectar cómo ocultan sustancias y teléfonos. Se emplean dos métodos: el control de visitas y esos famosos “revoleos”, como los llaman, cuando tiran paquetes desde la calle hacia la alambrada, a una distancia de 10 metros, lo que permite que un paquete sea lanzado. Diariamente se realizan procedimientos, aunque no siempre se ven. Recientemente, se llevó a cabo una requisa en todos los pabellones. En la Unidad Penal N° 1 hay 26 pabellones y 1.000 detenidos, donde también se encontraron teléfonos, armas blancas y drogas. Muchos de estos elementos ingresan, por lo que el control existe, los perros están aquí, pero no es posible controlar todo. Y, en muchas ocasiones, hay funcionarios desleales; algunos han sido detenidos y están bajo investigación. Pero esta es una cuestión compleja.
-¿Cuántos sumarios se han realizado este año?
-Se trata de 50 servicios penitenciarios. En total hay 50 sumarios administrativos iniciados. Muchos tienen causas penales y otros causas administrativas. Le digo al director (del Servicio Penitenciario, inspector general Aníbal) Miotti que es complicado… ¿Por qué los escáneres? Si tomas el proyecto para adquirirlos; los arcos, quiero decir, todos deben pasar por aquí. Si alguien tiene algo, lo detecta, suena la alarma. Un ejemplo: un cabo primero que llega a trabajar con su bolsito, le digo que lo revise. Y luego debe interactuar con esa persona, con ese compañero de trabajo. Es parte de su rutina, debe compartir almuerzos, cenas y estar 24 horas junto a él. Entonces, ¿cómo solucionamos esta exposición del funcionario? Con control tecnológico. No voy a revisar a alguien; que pase por el escáner y él lo revisará para mí, el arco controlará si trae algo ilegal. Así que es sencillo, y ocurre, no lo podemos ocultar. Sin embargo, ha habido un control estricto sobre el personal, las visitas y los mismos abogados que asisten a las entrevistas con sus clientes. Desde ahora, vamos a tratar de seleccionar los mejores teléfonos, ya que seguimos secuestrando artículos a pesar de esa destrucción. Todos los días hacemos incautaciones.
-Recordamos que en gestiones anteriores se intentó aplicar inhibidores de teléfonos, pero tampoco fue efectivo.
-Es complejo porque se trata de un sistema costoso. Se intentó utilizar en Santa Fe. El problema es que también afecta a los vecinos. Hay un nuevo sistema que focaliza la inhibición, pero hablamos de miles de dólares que no tenemos. Entonces, ¿qué hacemos? Preparar a nuestro personal que es competente. Estamos formando perros, lo cual resulta mucho más económico. Los adquirimos, ahora hay que adiestrarlos, alimentarlos y cuidarlos. En algún momento espero que podamos mejorar nuestra situación económica, tengo esperanzas.
Gobierno Nacional
-Ha estado conversando con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, que es amiga suya y con quien compartió cuatro años de gestión bajo la presidencia de Mauricio Macri, sobre el rol de la Prefectura Naval Argentina, pues persiste la inquietud por el tránsito del narcotráfico por los ríos, que cada vez se intensifica.
-Sí, la Hidrovía que abarca 3.442 kilómetros. Es un desafío… los vuelos clandestinos también son un problema cotidiano. Sin embargo, tenemos limitaciones en cuanto a la intervención.
-Pero el gran inconveniente, que es evidente, es que la Prefectura tampoco cuenta con el presupuesto suficiente para incrementar su personal en el río. El narcotráfico transita la zona sin controles eficientes.
-Comprendo que hay numerosas carencias. Es esencial, más allá de los recursos humanos, contar con tecnología y combustible para hacer operar las lanchas; hay muchos factores. Creo que es una inquietud que la ministra tiene a nivel federal. Desde mi perspectiva como ministro, estoy concentrado en nuestra Policía y en el Servicio Penitenciario. Que la Policía disponga de sus recursos, que realice su labor, y lo están haciendo de manera constante en nuestras rutas. Ellos están, diariamente, ejecutando procedimientos. Hay coordinación. Estamos trabajando con todas las fuerzas federales, principalmente en las rutas, con procedimientos en conjunto con la Gendarmería. Recientemente, también realizamos un gran procedimiento en colaboración, porque la verdad es que no podemos enfrentar el avance del narcotráfico de manera aislada. Debemos formar un equipo coordinado. Sin embargo, los recursos de las fuerzas federales… no tenemos injerencia en su gestión. Es un problema que atañe a la Nación. Los recursos son necesarios.
-Por eso le hicimos la observación sobre su amistad con la ministra Bullrich.
-Yo la conozco. Ella está al tanto y es consciente. La semana que viene tengo una reunión del Consejo Federal y estaré con ella. Pero no puedo interferir en los problemas de coordinación de las fuerzas federales que dependen de ella. Reitero, sólo tengo responsabilidad sobre la Policía de Entre Ríos, y nada más. Sin embargo, la coordinación es fundamental y la tenemos.
-En las últimas semanas ha tenido confrontaciones con abogados y se ha enzarzado en discusiones en redes sociales. ¿Hay alguna autocrítica o se mantiene en su postura?
-Lo de los abogados fue un episodio desafortunado, quizás. Ustedes saben cómo son las conferencias de prensa: son rápidas, dinámicas, y cuando un periodista te hace una pregunta y estás respondiendo, otro interrumpe con otra cuestión y muchas veces la respuesta queda incompleta. En una ocasión, me preguntó un periodista sobre cómo ingresaron los celulares a las unidades penales. Yo comenté que, generalmente, son los familiares, los abogados… y cuando iba a aclarar que no se trata de todos los abogados, y que ha habido casos donde algunos han sido juzgados por intentar ingresar sustancias ilegales… otro periodista me interrumpió con otra pregunta y quedó como si todos los abogados estuviesen implicados, lo cual no era mi intención. Nunca llegué a mencionar que otra forma es a través de los empleados del Servicio Penitenciario. Entonces, al ser interrumpido, mi respuesta quedó incompleta y eso generó malestar. Lo aclaré, no fue mi intención y pedí disculpas.
Posible candidatura legislativa
¿Aceptaría ser candidato a legislador nacional?
-He escuchado rumores, pero estoy centrado en la tarea que me asignó (Rogelio) Frigerio, que es desempeñarme como ministro de Seguridad. Y trabajar por la seguridad de toda la provincia. No me corresponde a mí hablar de candidaturas. Si en algún momento surge una conversación con el gobernador, me debo a él. Lo que él decida, lo haré. Pero, actualmente, mi enfoque y el de todo mi equipo ministerial es trabajar en seguridad, y estos comentarios los tomo como poco serios, ya que mi compromiso es con el gobernador.
-Así es. Pero, puede ser también un buen candidato en este contexto de posible alianza entre Javier Milei, Frigerio y el rol de Bullrich podría incidir, por eso la pregunta.
-Hoy me concentro en el trabajo como ministro de Seguridad.
Preocupación por el delito de trata y la tasa de suicidios
-Algunas estadísticas sobre criminalidad difundidas el mes pasado sorprenden. Por ejemplo, el aumento de la tasa de delitos de trata, superando a Corrientes, Misiones y Buenos Aires, siendo el triple que en Santa Fe.
-Los procedimientos realizados han sido por trata laboral, no por trata sexual. Históricamente, en la provincia, lo habitual ha sido la trata laboral, en muchos casos vinculada a la cosecha de frutas, como el arándano. Recientemente, en Ibicuy se produjo una intervención respecto a unos jóvenes que fueron traídos desde Misiones. La estadística indica que son trabajadores golondrinas que llegan y “los tiran” en medio del campo, sin cuidados; eso constituye trata laboral y la Justicia Federal interviene.
-Hemos trabajado en el tema de que Entre Ríos es una de las provincias del país con mayor tasa de suicidios. ¿Se está impartiendo alguna formación especial para el personal policial? Porque evidentemente todos debemos estar más atentos.
-Sí, sí: 138 suicidios en apenas seis meses. Esto ha sido tema de discusión en reuniones de gabinete. Lo hemos tratado con nuestro gobernador. (Gustavo) Hein, presidente de la Cámara de Diputados, también está muy preocupado. Es motivo de inquietud. El suicidio ocurre por múltiples causas. La Policía es la primera en intervenir en un hecho de suicidio y realiza el abordaje jurídico, legal e institucional. La Policía tiene estadísticas, motivos, y a veces cartas… Estamos analizando esa información con un equipo que hemos conformado. Estamos colaborando con el equipo de Salud Mental de la provincia. Creo que estas situaciones se resuelven en la intimidad de la persona, en crisis depresiva, pero hay factores múltiples que influyen en el suicidio. Consideramos las franja etaria de las víctimas. Muchos son jóvenes, y se dan casos que afectan a la familia; muchos tienen antecedentes de consumo de drogas, estados depresivos, y el bullying también influye. Es un tema complejo y hay un equipo que se preocupa y trabaja en ello, como lo pidió el gobernador: que se trabaje. Desde la Policía, tenemos un estudio sobre las edades, los motivos, y los métodos de suicidio, pero es un problema difícil de prevenir. Es similar a la violencia de género que se presenta en el hogar; ¿cómo se evita? Se dialoga también con profesores y maestros, para que detecten signos de depresión en los alumnos, pues así se puede realizar prevención. La única forma de hacerlo es con un enfoque estatal, con un equipo profesional, para evitar que una persona tome la decisión extrema del suicidio. Hay muchos jóvenes involucrados.
La desaparición de Enrique Fabiani
-Hay un asunto que sigue sin resolverse y es realmente preocupante. Se trata de la desaparición de Enrique Fabiani, registrada en junio de 2024 en un campo cercano a Alcaraz, Departamento Villaguay.
-Lamentablemente, es una tarea pendiente que todos tenemos. Desde la política y la institución policial se ha hecho un gran esfuerzo. Estoy seguro de que se destinó todo el esfuerzo del Estado para encontrarlo. Pero es un interrogante que nos queda.
-¿Se sigue trabajando en el tema?
-La causa está en la Fiscalía de Villaguay, que sigue trabajando. El fiscal continúa tomando declaraciones, realizando análisis y pericias. Cada vez que dispone alguna medida, la Policía se presenta para ejecutarla. Un equipo bajo la dirección de Investigaciones, encabezado por (Horacio) Blasón, se encarga del seguimiento y continúa trabajando en el caso. Mantenemos la oferta de una recompensa de cinco millones de pesos.
-Usted acumula más de 40 años de experiencia como Policía. ¿Cuál es su instinto? ¿Qué le pudo haber ocurrido a Fabiani?
-No tengo una respuesta. También me comentan que en la provincia hay muchas personas desaparecidas. Hay una familia completa (la familia Gil)…
-Así es. Hay un contador, otro ingeniero, todos desaparecidos en la misma zona.
-Hay otro en Feliciano. Cuando me tocó investigar, me involucraba personalmente en las causas. Ahora soy un espectador de lo que hacen otros. Mi rol ha cambiado. Estuve en la investigación, revisaba teléfonos, interrogaba testigos… realizaba allanamientos, así que la visión es muy diferente, ¿verdad? Ahora, al recibir la información, aunque sigo trabajando con el jefe de Policía, soy una persona que recibe reportes. He estado en el lugar dos veces, queriendo ver, sentir, qué pudo haber ocurrido. Pero, lamentablemente, no tengo idea.
-Lo que inquieta es que, cuando ocurren estos casos, tras un año, parece que hay menos esperanzas.
-Hay un equipo que está a disposición del fiscal y están analizando… recientemente, se mantuvieron conversaciones… la propia familia también… se ha movilizado toda la estructura… paramos muchas actividades para trabajar en esto, porque es lo que corresponde para brindar una respuesta. Tenía muchas expectativas en encontrarlo… hoy en día, consideramos que tal vez no esté vivo y que encontraríamos los restos. Sin embargo, tampoco hemos hallado eso. Hasta ahora, no pierdo la esperanza de que, en algún momento, tengamos una respuesta.
Programa “Cuestión de Fondo” (Canal 9, Litoral)