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Domingo, 12 de octubre de 2025

Movimientos en Cancillería disparan rumores de cambios luego de las elecciones

Mención a:Sergio Urribarri
Movimientos en Cancillería disparan rumores de cambios luego de las elecciones

Cerca del canciller Gerardo Werthein afirman que el ministro dejará su puesto cuando él decida hacerlo, marcando la cancha del poder y cercanía que sigue manteniendo con Javier Milei. Lo dicen cuando se los consulta si los potenciales cambios de Gabinete que se activarían tras las elecciones del 26 de octubre lo incluyen a él.

El ministro reemplazó a la economista Diana Mondino hace casi un año tras la polémica por el voto de la Argentina en favor del levantamiento del embargo a Cuba, que había sido avalado por un sector de la Casa Rosada, pero no por los hermanos Milei. Desde entonces, el Ministerio de Relaciones Exteriores fue practicamente desactivado de sus habituales funciones, y se les quitó manejo de áreas como derechos humanos, el asesoramiento a Presidencia, y la participación en cumbres internacionales.

Ahora, hay señales de que la jefatura actual de la Cancillería busca dejar sus papeles organizados en el contexto de las legislativas de octubre, donde el oficialismo se juega nuevas mayorías.

En el Palacio comentan que efectivamente Mauricio Macri priorizó la necesidad de cambios en las relaciones exteriores en sus recientes conversaciones con Milei. Se dispararon apuestas a que el ex presidente y líder del PRO quiere a su ex secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo -hoy en un alto puesto de la Ciudad- y al ex secretario en temas de Comercio Horacio Reyser cerca de las futuras relaciones exteriores. Otros comentan que Patricia Bullrich quiere colocar en el puesto a su amigo y sherpa del G20, Federico Pinedo. Pero no hay nada. Todo depende de lo que quiera hacer el propio Werthein.

Hubo quejas de casi todo el arco político ante senadores como Guadalupe Tagliaferri (presidenta de la Comisión de Acuerdos), Martin Lousteau y Maximiliano Abad porque la mayoría de las listas propuestas para ascensos en la Cancillería es de diplomáticos vinculados al kirchnerismo.

Algunos de ellos son referentes se expresaron en las redes sociales en favor de la ex presidenta, firmaron una carta de solidaridad con Cristina Kirchner y participaron en los zoom politicos que en el Ministerio se organizaron contra Macri entre 2015 y 2019. Otros que están bien considerados trabajaron para Elisa Carrió.

Por otro lado, se publicó un listado para alrededor de 85 vacantes en el exterior, lo que fue festejado, porque implica empezar a regularizar la situación de embajadas que han visto reducida su dotación al mínimo y casi no pueden funcionar con la motosierra aplicada al Estado y sobre todo a los diplomáticos, a los que Milei considera “casta”. Para el caso, nunca se pudo explicar porque en casi dos años de mileismo no nombraron embajador en Unión Europea.

Al respecto, Clarín pudo observar que los diplomáticos cercanos a la gestión de Werthein, muchos también vinculados al kirchnerismo, no sólo fueron beneficiados con los ascensos, sino también en traslados al colocarlos en los puestos más codiciados en Europa y Estados Unidos.

La política exterior no pasa más por el Palacio San Martín. Incluso el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, funciona como una suerte de canciller. La relación con Trump la llevan Luis y Santiago Caputo y el embajador Alex Oxenford.

La actual administración en la Cancillería privilegió a diplomáticos muy jóvenes, sin experiencia ni respeto ganado entre sus colegas, en una carrera que suele sufrir las influencias de los gobiernos de turno, pero que tambien era orgánica y respetaba las jerarquías. Eso se esfumó en diciembre de 2023, con la idea de tener embajadores “low cost” en Reino Unido o las Naciones Unidas.

Otro problema que se está planteando en el entorno de Mauricio Macri es cómo reparar lo que está ocurriendo. El ex vicecanciller Eduardo Bustamante, el subsecretario de Política Exterior, Juan Navarro, o el jefe de gabinete Ricardo Lachterman, no fueron directores ni estuvieron a cargo de embajadas antes de ser nombrados en esos puestos estratégicos.

El Gobierno tambien rompió reglas de mérito dándole lugares que eran para expertos en temas económicos o en asuntos multilaterales a quienes no habían tenido esa experiencia. Tal el caso de Francisco Tropepi, ex número dos en la embajada en Israel y favorito del ex gobernador del kirchnerismo Sergio Urribarri, que paso a conducir la ONU.

Este martes 14 de octubre habrá elecciones en el sindicato de los diplomáticos en momentos en que el Ministerio es un hervidero. La Cancillería siempre fue tema público por el nivel de internas. Ni Milei las pudo desactivar.

Existen dos listas. A una se la señala por estar compuesta exclusivamente por diplomáticos kirchneristas y está encabezada por el embajador Gustavo Ainchil, muy vinculado con Jorge Taiana. A la otra lista, algunos la tildan de haber sido muy condescendiente con el Gobierno en general y con la gestión de Werthein en particular, y está encabezada por la embajadora Mónica García, Directora de Asuntos Consulares, y que formó parte de la Junta Calificadora del gobierno anterior pero también del actual. Más allá de las acusaciones y rumores, las dos listas tan opuestas demuestran que el cuerpo diplomático también está atravesado por la grieta.

Reemplazarán a la actual conducción de Laura Zedillo que al final sintonizó tanto con la gestión libertaria que carga con reproches de no haber movilizado ninguna de las preocupaciones.

Sin embargo, otros asuntos quedaron en el limbo. Por ejemplo, las condiciones edilicias en las que trabajan. El llamado “Edificio Inteligente” de los años noventa que terminó de construir el fallecido ex canciller Guido Di Tella sigue con graves problemas. No funcionan los aires acondicionados y la estructura inicial no permite abrir ventanas. Los ascensores se rompen, las cañerías fallan y cuando llueve hay inundaciones.

Ese es precisamente otro de los puntos que puertas adentro se conversa para encarar a partir de diciembre. Los diplomáticos se quejan de que no tienen directivas claras sobre cómo proceder en su labor diaria. Peor aún, los que están en el exterior, incluso embajadores, sostienen que envían cables pidiendo instrucciones a Buenos Aires y que nunca les contestan, o les contestan por teléfono o whatsapp “para no dejar nada registrado en el sistema”. En parte, también se entiende: no hay vicecanciller, Navarro cumple algunas funciones pero no tiene rango ni fue confirmado. Tampoco hay directores oficializados en áreas sensibles.

El área política está casi paralizada. Los embajadores extranjeros consultados se quejan que no son recibidos por las más altas autoridades del Ministerio, y que en su lugar los atienden segundas o terceras líneas.

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