
Aunque muchos lo crean, los hermanos Milei no siempre piensan ni quieren lo mismo. Cuando eso ocurre —poco frecuente— suele arder Troya en ese vínculo fraternal: el hermano se enfada y grita, ella le retira la palabra y corta la comunicación por días, forzando al mandatario a buscar apoyo emocional en otros ámbitos. A la larga, sin embargo, la historia demuestra que Karina siempre termina logrando su cometido.
Hoy, el Gobierno parece inmerso en uno de esos trances. Tras la derrota electoral bonaerense, el Presidente intentó expulsar a “Lule” Menem y a Sebastián Pareja, los armadores de Karina con quienes nunca mantuvo una gran relación y que son los principales adversarios de Santiago Caputo y su círculo. Pero la secretaria general lo impidió, dejando en claro quién detenta realmente el poder en el Gobierno.
Desde entonces el mandatario busca fórmulas para sostener al ala de Caputo. El asesor estrella, en confianza, admite sentirse muy golpeado y contempla retirarse del Gobierno después de las elecciones. Milei lo sabe y teme ese desenlace: el libertario, un hombre a quien la soledad ha acompañado toda su vida, ve en Caputo a un gran amigo más que a un empleado. “Hoy Javier está muy solo, la hermana lo tiene todo el día en Olivos y vigila a los que entran. Javier no lo quiere perder a Santiago”, dicen en la Casa Rosada.
En esos pasillos circulan tesis insólitas. Aseguran que Milei intenta desgastar a “Lule” Menem y a Pareja por la vía discreta, sin que su hermana se entere. Casi como si le tuviera miedo. En esa línea, y sin pedir permiso al “Jefe” —como llama a Karina— le solicitó a “Las fuerzas del cielo” que lo escoltaran en su ingreso al Movistar Arena, durante la presentación de su nuevo libro. Aunque fue simbólico, en un momento en que el caputismo día a día venía perdiendo poder dentro del Gobierno, el gesto fue toda una señal. Karina se enteró por el anuncio que hizo Agustín Romo, legislador bonaerense y uno de sus grandes enemigos en la interna, en el canal de streaming de Daniel “El Gordo Dan” Parisini. En el oficialismo cuentan que ardió de bronca con el anuncio.
No fue el único episodio que la hizo estallar de ira en estos días. El martes 30 recorrió todo el círculo rojo la novedad de que el Presidente había decidido expulsar del espacio a Ramón “El Nene” Vera, armador en Moreno que proviene del peronismo residual y que figura entre los más apuntados por el bando del asesor. Cada vez que Karina ve información sobre su sector en los medios no duda en imaginar su origen. La respuesta no se hizo esperar: al día siguiente “Lule” Menem convocó a Vera a la Casa Rosada. El otrora candidato de Cristina Kirchner subió a su cuenta personal de Instagram una foto en la que se lo ve sonriente y entrando a Balcarce 50. No parece casualidad: varios periodistas cercanos a Caputo también lo habían dado por expulsado tras la derrota electoral. Y, aunque “Lule” mantuvo un perfil bajo por unos días, siguió concurriendo con regularidad a su despacho en la Rosada.
De cualquier manera, todas las tribus del oficialismo dan por descontado que después de las elecciones habrá un serio replanteo del Gobierno, sobre todo si el resultado es adverso. De mínima, Patricia Bullrich y Luis Petri abandonarían el Gabinete, además de la mudanza de Manuel Adorni a la Legislatura porteña. También están en la mira Mariano Cúneo Libarona y Luis Caputo, con un plan económico al borde del estallido. Macri, en la reunión con Milei en la Quinta de Olivos, le pidió ampliar el oficialismo y recomponer vínculos con los otrora aliados. En su viaje a Estados Unidos el libertario recibió el mismo pedido. ¿Le dará lugar a otros espacios dentro del Gabinete luego de las votaciones? Es un escenario que empieza a dibujarse. Antes, en cualquier caso, deberá resolverse la guerra Karina-Caputo.