
Promediaba la exposición de casi dos horas de Javier Milei este jueves en Olivos, cuando Alejandro Rozitchner, uno de los voceros oficiales sin cargo que asistió a la reunión de candidatos, consultó si “recuperar la identidad”, como sugirió el parcialmente reempoderado gurú Santiago Caputo, implicaba que se podía volver a insultar a los periodistas.
El que contestó fue el Presidente, el primero en bajarse de los insultos, antes de las elecciones. “No. Tenemos que ser firmes, contundentes y dar argumentos, aunque seamos vehementes”, contestó el mandatario, mientras el dólar volvía a superar el techo de la banda cambiaria, un detalle que casi todos los presentes -que habían entregado sus celulares a Casa Militar al entrar a la Quinta- ignoraban.
A uno de los candidatos le pareció que la pregunta del ex asesor de Mauricio Macri, que supo comparar al ex presidente con Batman en televisión, estaba pautada para bajar línea, aunque el escritor y licenciado en filosofía tiene al periodismo como uno de sus blancos predilectos en X.
El viernes, el jefe de Estado jugó al fleje durante su visita a Córdoba, que marcó su regreso a la campaña rumbo a octubre. En una entrevista con La Voz no disimuló su malestar por las preguntas sobre los insultos de Daniel Parisini (el Gordo Dan) a Luis Juez. “Es muy propio de los periodistas”, se lamentó el mandatario, al que tampoco le gustaron las preguntas sobre el estado de las rutas nacionales.

A Milei le resultó más natural estrenar el nuevo eslogan para referirse al kirchnerismo y a todo el conjunto de la oposición, otra creación de Caputo: “el partido del Estado”. Ese sintagma reemplazará la promesa de “Kirchnerismo Nunca Más”, que terminó con la victoria de casi 14 puntos del peronismo en la Provincia, aunque Milei reestructure la promesa como “inflación nunca más”.
“La Libertad Avanza o la Argentina retrocede”, la frase con la que Presidente termina sus discursos, ya es bandera, como la que levantó el gobernador de Entre Ríos Rogelio Frigerio, uno de los tres mandatarios provinciales que ató su suerte al Gobierno para las elecciones intermedias.
Aunque Caputo pidió en Olivos no polarizar con los gobernadores, porque miden bien y el Gobierno necesita reconstruir el vínculo político con las provincias , Milei acusó de mentiroso a Juan Schiaretti, que gobernó Córdoba en tres ocasiones. La salvedad es que el “Gringo” será candidato nacional y, aunque pierde votos a manos de Natalia de la Sota, le come otros al ignoto libertario Gonzalo Roca, que el viernes se pegó al Presidente y que replicará la campaña que hizo el vocero Manuel Adorni en mayo. “Roca es Milei”, repiten. La fórmula se reproducirá en varios distritos.
El espejismo de la moderación que desplegó Milei en la cadena nacional del lunes, de todos modos, duró poco. En su escala en Córdoba, el Presidente volvió a cantar a viva voz que “saquen al Pingüino del cajón”.
En la residencia presidencial, Milei sugirió que con US$ 22 mil millones de dólares sacaría todos los pesos de la circulación si fuera necesario, aunque el grueso de macroeconomistas de todos los colores políticos sugiere que las reservas netas del Banco Central no superan los US$ 6 mil millones.
El director del Banco Central Federico Furiase explicitó ese argumento en el streaming Carajo, sentado al lado del Gordo Dan, que por la mañana había participado de una reunión con Caputo, y que del que Milei no se hace cargo. “Por eso es tan importante la banda superior, porque a ese tipo de cambio la munición de dólares que tenés te saca todos los pesos de la cancha”, explicó el economista.
Durante su exposición en Olivos, el Presidente recurrió a una de sus metáforas bíblicas y le pidió a sus candidatos que tengan fe, la misma que mostró el pueblo judío cuando se dejó guiar por Moisés hasta la orilla del mar Rojo y las aguas no se abrieron. Milei recordó que Naasón fue el primero en meterse y que el mar se abrió cuando el agua le llegaba al cuello. “Confíen”, pidió el Presidente.
Cuando el ratificado presidente de LLA en la Provincia, Sebastián Pareja, mano derecha de Karina Milei y Lule Menem en el inmenso territorio bonaerense, intervino, y se refirió a Naasón como el rey de los judíos, Milei lo corrigió: “El príncipe de los judíos”. Algunos de los múltiples detractores que tiene Pareja exageraron la historia y sugirieron que el Presidente se ofuscó más de la cuenta.
El fuego amigo no tardó en llegar, en cualquier caso. En la reunión, Pareja reclamó dirimir las diferencias internas puertas adentro. Lo que siguió fue el anuncio silencioso de que Lule Menem había sido corrido de la jefatura de campaña para ungir a la karinista Pilar Ramírez como coordinadora política y a Santiago Caputo como coordinador de estrategia, un mensaje que se replicó en una suerte de cadena en todos los medios y que la hermana del Presidente ordenó desmentir más tarde.
Lo único claro fue que los cortocircuitos siguen a la orden del día. La versión salomónica fue que Lule sumó la mesa de fiscalización a sus responsabilidades anteriores.
Cerca del Presidente prometieron enviar un guión a los candidatos sobre las principales respuestas que deben dar a la hora de hablar con los medios. El diputado Bertie Benegas Lynch fue otro de los que habló y pidió predicar liberalismo. “Es un divino, pero cree que necesitás pasaporte más allá de la avenida Santa Fe”, ironizó un dirigente que conoce el Conurbano bonaerense, donde el gobierno necesita mejorar su desempeño. Algunos candidatos bonaerenses siguen sosteniendo que el perfil antiperonista de Espert es un problema para penetrar en el conurbano.
Aunque Milei prometió pintar de violeta el país, como había dicho antes de la derrota en la Provincia, puertas adentro del Gabinete y también afuera piden cambios más profundos que los que hizo el Presidente. El flamante ministro y ex secretario de Interior Lisandro Catalán sufre los cuestionamientos de varios de sus pares y de los aliados que ambicionan su silla desde que asumió para secundar a Guillermo Francos, otro funcionario torpedeado -al decir de Milei- por el sistema político.
En la Casa Rosada, la mayoría quiere esperar hasta después de las elecciones del 26 de octubre para relanzar el Gobierno, más allá de los cambios de Gabinete obligados por las candidaturas de los ministros Luis Petri y Patricia Bullrich. El jefe de Gabinete, por las dudas, le dijo a Clarín que no serían necesarias más reformas en el equipo de gobierno.
El oficialismo pierde los debates en el Congreso pero también la discusión en redes que antes ganaba. En el gobierno descubrieron que perdieron convencidos que convivían con el aparato paraestatal que también trabajaron a reglamento después de quedar afuera de las listas.
Santiago Caputo dejó de jugar a las escondidas en X y reactivó una cuenta con su nombre para clarificar el mensaje y pedir “foco”. “Enfrente tenemos una corporación política, empresarial y mediática que quiere que nada cambie para seguir gozando de los privilegios de los que gozaron durante décadas. En 2023 apostamos a una Argentina distinta. No podemos tirar esta oportunidad a la basura. Que el esfuerzo valga la pena”, escribió. Entre el viernes y el sábado logró que la última frase fuera tendencia a nivel mundial en X.
Integrantes de las listas nacionales de LLA con muchas campañas en el lomo dudan. “Lo que te llevó al gobierno no necesariamente te sirve para mantenerte. Cuando sos gobierno, la gestión es parte de la campaña”, señalan.
En la Casa Rosada buscan replicar la épica del Sí-Se-Puede de Mauricio Macri, que reaparecerá esta semana con sus candidatos, mientras recibe elogios de Bullrich y de Guillermo Francos.
El videasta oficial Santiago Oría se convirtió en la sombra del Presidente y gana espacio en el armado de la campaña, un detalle que explicita la falta de brújula. “Tenemos que hacer campaña TODOS. Desde el influencer con 2 millones de seguidores, hasta cada uno entre su familia y sus amigos”, escribió en X. Las respuestas, en su enorme mayoría, son insultos a Pareja.