
Los primeros seis F-16 ya arribaron al país y el Gobierno los transformó en un símbolo político antes que en una herramienta operativa. En Las Higueras, Javier Milei encabezó el acto oficial, que contó con buena parte del gabinete nacional, y celebró lo que calificó como “un día histórico para el país”, frase que enmarcó en una narrativa mayor: la de “revertir décadas de destrato a las Fuerzas Armadas” y avanzar hacia un sistema de defensa “robusto y disuasivo”.
El mandatario sostuvo que la maniobra aérea sobre la Ciudad de Buenos Aires permitió que “cientos de miles de argentinos vieran por primera vez a sus ángeles protectores surcando el cielo”, metáfora con la que buscó reforzar que los nuevos cazas serán “los custodios del espacio aéreo argentino”.
La llegada de las aeronaves se inscribe en un acuerdo con Estados Unidos, que autorizó la transferencia desde Dinamarca, aportó US$ 40 millones en Financiamiento Militar Extranjero y brindará entrenamiento, mantenimiento y asistencia técnica. El programa total está valuado en US$ 560 millones y prevé completar 24 aeronaves hacia 2028.
Defensa, ideología y Petri
Milei reservó buena parte de su discurso para contraponer su política de defensa a la de los gobiernos anteriores. En ese marco, afirmó que la Argentina fue “dejada indefensa” por motivos partidarios y por una “demonización sistemática” de las Fuerzas Armadas atribuida al kirchnerismo.
La ceremonia también oficializó el recambio en el Ministerio de Defensa. El mandatario destacó el rol de Luis Petri —quien renunció para asumir su banca en Diputados— y defendió la designación del teniente general Carlos Presti, un militar de carrera cuya llegada suscitó cuestionamientos en sectores de la oposición.
Para el presidente, esas críticas resultan “infantiles” y obedecen a una lógica de uso político del pasado reciente. Al ponderar a Presti, Milei destacó su “idoneidad técnica y moral” y reiteró que “quien más sabe de defensa nacional es un militar”.
En el mismo tramo de su discurso, Milei profundizó una narrativa de soberanía económica y militar: “Durante veinte años (los kirchneristas) se llenaron la boca hablando de soberanía, pero entregaron un país pobre e indefenso. Desfinanciaron a nuestras Fuerzas Armadas e intentaron demonizarlas ante la sociedad para obtener un rédito político. Si nos remitimos a los hechos, soberanía para ellos significa una gran villa miseria decorada con banderines de Argentina. Y eso tan sólo porque no tienen una visión económica consistente, productiva y capaz de crear el futuro que todos los argentinos necesitan”. En contraste, Milei sostuvo que “la única forma de tener un país soberano es construyendo riqueza y construyendo las capacidades para defenderla”.
Cooperación estratégica con EE.UU.
Los primeros F-16 operarán desde Las Higueras antes de trasladarse a su base definitiva en Tandil. El programa contempla la llegada de seis aeronaves por año y la asistencia permanente de la aviación estadounidense. Para el Gobierno, esta incorporación significa recuperar capacidades perdidas desde el retiro de los Mirage en 2015. Al cerrar su discurso, Milei definió a los F-16 como “un símbolo de la Argentina que queremos construir” y volvió a situar la alianza con Estados Unidos como eje central de la política exterior. “Hoy, más que nunca, podemos decir que las fuerzas del cielo nos están acompañando”, concluyó.




