Sábado, 8 de noviembre de 2025   |   Opinión

Milei is the new Perón

Por: Carlos Ares
Milei is the new Perón

Desde la mañana de aquel día de octubre, diáfano, soleado, cálido, al palpar el aire se presentía que algo inesperado podía pasar. El cielo bajo, empedrado de nubes negras infladas por la oposición durante meses, se disolvía en una ligera fumata blanca. A paso lento, un invisible aluvión de voluntad popular anunciaba en silencio el nombre del elegido. Sin dar ninguna señal de que respondieran a una orden superior, un mandato divino, una consigna secreta, millones de personas salían a pedir la liberación del Presidente secuestrado por el Congreso. Iban a meter las patas del voto en las fuentes del poder.

Dos años antes, el golpe de Estado sobre la Massa madre de la corrupción detonó el hartazgo. La erupción fue volcánica. Las plantas permanentes de los aparatos sindicales ardían en la lava del odio. Al mes declararon la primera huelga general. A los dos meses uno de los empresarios que cazan en el Zoológico, Pepe Albistur de Tolosa Paz, se sentó en tetas de grasa frente a la jaula del temido fantasma. Esperaba disfrutar en primera fila de ver incinerarse la sábana mientras comía pochoclo.

Las fuerzas del cielo meaban una lluvia de medidas que se evaporaban al tocar tierra. Diana Mondino, Nicolás Posse, ingresaban al Hospital de Quemados. Lourdes Arrieta, diputada por Mendoza, entraba en la Cámara con un patito en la cabeza. Karina, cocinera en jefe del cuartel, horneaba tortas de poca guita para calmar el hambre. Lule Menem le recortaba el tres por ciento de crema a cada porción. El bombero Guillermo Francos apagaba viejas deudas con Daniel Scioli.

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El culo de Caputo sentado sobre la única tarjeta de crédito habilitada, de la que sólo se pagaba el mínimo del resumen, redujo lentamente la inflación. El león enjaulado se volvió hacia la reja del Fondo donde le dejaban algún hueso, a veces con carne. Se asomó al agujero de la noche para pedir más. ¡Hola a todos!, rugió. Esta película ya la vimos, abucheó la platea. El terror al pasado replicó un temblor amenazante. Llegó a sentirse hasta más allá del límite de crédito.

CFK dijo que Milei aprenda de Trump 

Cuando todavía no tenía condena firme, ni tobillera, ni le reclamaban la devolución de unos 530 millones de dólares robados, Cristina Kirchner aconsejó a “ése idiota” en un acto público. Dijo: “ya que festeja el triunfo de Trump, que aprenda de él”. El animal político le puso garra. Recordó la ficha colocada a chance cuando el tío millonario era candidato. Podía pasar a cobrar el doble. Murmuró el rezo laico: Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros acreedores, Donald. Make America Great Again, hagamos Argentina grande otra vez.

Consultó la estrategia con Conan. Escuchó tres ladridos. Descifró el código: “Acordate de Braden o Perón”. Dudó. Conan volvió a ladrar. Tradujo: “¿Qué hay de comer?”. Actualizó el sistema operativo. Cambió la contraseña. Esperó. “Donde dice “o” poné “Y”, ladró Conan. Le pidió a la inteligencia artificial de Santiago Caputo que corrigiera el relato para el gordo Dan antes de ir a pasar la gorra MAGA. Las redes difundieron el maridaje amoroso. Debajo de Trump y Milei, entre las parejas de marcadores centrales que se formaron para defender el nuevo orden aparecían Fernando Iglesias Y Diego Santilli, Bertie Benegas Lynch Y Ritondo, Bullrich Y Villarruel, Rial Y Fantino. La lista de espera era larga. Los más ansiosos levantaban la mano. “Yo, yo, soy el que dijo que ganó Scioli”, gritaba un tal Navarro.

Para los aspirantes de cierta edad, educados desde la primaria en el “mamá me mima, Evita me ama”, o los que fueron formateados por supuestas verdades del tipo “para un peronista no hay nada mejor que otro peronista” el requisito de ingreso, cantar la nueva versión de la marcha, es muy exigente. Ya no se combate el capital. El único principio social a sostener es el superávit fiscal. Se mantiene el culto al primer trabajador porque en un gobierno “bilardista” el segundo no existe. Tampoco cambia el objetivo final.

Todo sea porque reine el amor y la igualdad.

*Escritor y periodista.

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