

El Gobierno de Javier Milei ingresó al período electoral con alta volatilidad en las tasas de interés y el mayor aumento del dólar desde diciembre de 2023 tras el mal paso del desarme de las Lefis, que llevó la cotización a los niveles más cerca del techo de la banda cambiaria que comenzó en abril.
El billete verde se convirtió por lejos en la inversión más rentable del mes, por encima de bonos del Tesoro, plazos fijos y acciones. Milei habló de “corrida”. La situación coincidió con el desplome en la liquidación de divisas del campo, tras el pico de la cosecha gruesa, y con una demanda que se incrementará conforme se acerquen las legislativas.
Las tensiones financieras hasta el momento no tuvieron un impacto directo en la inflación, al menos según los últimos relevamientos privados, y la gestión oficial mantiene altos niveles de aprobación. Analistas, bancos e inversores observarán con atención la evolución del tipo de cambio, el nivel de reservas, los precios, el desempeño en las urnas y la dinámica de las reservas.
El ministro de Economía, Luis Caputo, habló anoche en el streaming Carajo sobre el riesgo “kuka” para explicar la suba del dólar y anticipó que se pactó un nueva meta de acumulación de reservas, más laxa en USD 5.000 millones, en el programa con el FMI, en el marco de la primera revisión del acuerdo firmado en abril con el organismo.
La luz verde del Board gatilló el desembolso de USD 2.000 millones y la llegada de más de USD 14.000 millones desde abril, de un programa total por USD 20.000 millones. El Fondo igual advirtió que los riesgos del programa todavía “son elevados” y pidió “mayor claridad respecto al régimen monetario a mediano plazo”.
Caputo aseguró que el relajamiento de las meta de reservas será “bienvenido” por el mercado y dejaría a la Argentina con más chances de acceder a los mercados para refinanciar los pagos de capital de la deuda. El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, confirmó que habría una suba de encajes para bancos y fondos comunes de inversión que reduciría el “exceso de pesos” en la economía, con el objetivo de que compriman las tasas de interés.
La volatilidad se profundizó en el momento en que la liquidación diaria del agro promedió menos de USD 40 millones en los últimos días, una caída del 70% respecto al nivel de la semanas previas, según datos de Adcap Grupo Financiero. El primer semestre cerró con ingresos récord del agro, cercanos a USD 16.000 millones, impulsados por la reducción de retenciones implementada en junio. Ese efecto resultó transitorio y se agotó en los últimos días.

Habrá que esperar hasta fin de año para el ingreso de la cosecha fina (trigo y maíz), pese al anuncio reciente de reducción permanente en las retenciones.
El tipo de cambio mayorista cerró este jueves en $1.374 en Banco Nación, por lo que la cotización escaló 14% en julio, el mayor avance mensual desde la devaluación de diciembre de 2023, y quedó a $75 del techo de la banda cambiaria. Se trata de los valores más altos desde la implementación del nuevo régimen. El minorista finalizó en $1.380 para la venta, en medio de una demanda estacional fuerte por las vacaciones de invierno.
Caputo eligió celebrar que la devaluación del último mes implicó también una mejora en la competitividad del tipo de cambio. Un giro discursivo respecto a las declaraciones que dio en su visita al IAE para desdramatizar la presión alcista registrada en junio: “El dólar flota, por lo tanto a cualquiera que le parezca que está barato, agarrá los pesos y comprá, no te la pierdas, campeón”.
El nivel del tipo de cambio es similar al de abril de 2024, septiembre de 2023, mayo de 2022, mayo de 2018 y enero de 2016, momentos en los que no se agitaba atraso cambiario, según Nery Persichini, head of research & strategy de GMA Capital.

“Hay nerviosismo. Pero también hay que mirar el bosque y ser prudente. Y lo más importante: la macro está mucho más sana en el frente fiscal y monetario que en cualquiera de esos momentos. Desde ahora, acumular dólares, reducir el déficit de cuenta corriente y tener tasas reales positivas más moderadas debería ser más fácil. Son buenas noticias para los bonistas. Habría que ver el impacto sobre precios (pass-through), que hasta ahora fue un as bajo la manga para el Gobierno”, dijo Persichini.
El Gobierno se enfrenta a una encrucijada por la puesta en marcha del nuevo esquema monetario sin el aporte de divisas del agro. “Parece difícil lograr simultáneamente una baja de tasas y de la inflación, ya que reducir las tasas complica la estabilidad del dólar”, explicó PxQ en un informe.
PxQ advirtió que, ante la falta de nuevas fuentes de financiamiento externo que reemplacen la liquidación adelantada del agro, el Gobierno deberá optar por uno de dos escenarios posibles rumbo a la elección: “Un equilibrio con tasas de interés altas, dólar anclado e inflación estable o en descenso, acompañado de una caída de la actividad económica por el encarecimiento del crédito; o bien un equilibrio con una tasa de interés más baja, un dólar cerca del techo de la banda y un crédito que impulse la actividad, aunque con el riesgo de que la devaluación interrumpa la reducción de la inflación”.

Un tipo de cambio más elevado podría favorecer la acumulación de reservas, aunque con el riesgo de presionar la inflación, algo que aún no se reflejó en los indicadores de alta frecuencia monitoreados por las consultoras. En los próximos meses aumentará la demanda de divisas, tanto por turismo como por pagos de deuda de la Nación, empresas y provincias.
La provincia de Buenos Aires afronta un vencimiento de USD 333 millones el 1 de septiembre. A ello se suman pagos de USD 60 millones el 8 de agosto por parte de Entre Ríos, USD 36 millones del Chaco el 18 de agosto y otros USD 47 millones de Entre Ríos el 25 de agosto, según Adcap.
El superávit del sector energético resultó clave para el mantenimiento del superávit comercial durante el primer semestre, aunque todavía no compensa el aporte del campo y el ingreso neto del segundo semestre sería en el mejor de los escenarios de unos USD 3.000 millones. El Gobierno apuesta a que emisiones de deuda de empresas, en particular vinculadas a Vaca Muerta, y de provincias, sumen oferta de divisas al mercado local. Las inversiones del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) sumarán algunas divisas.
No obstante, las dudas sobre la sostenibilidad de las reservas y el temor a un buen desempeño de la oposición peronista en las elecciones legislativas mantienen el riesgo país por encima de los setecientos puntos básicos. Este escenario complica la estrategia oficial, como lo evidencia el caso de Santa Fe, que suspendió la emisión de bonos bajo legislación de Nueva York por USD 1.000 millones.
JP Morgan destacó que los inversores, por el momento, no expresan grandes dudas sobre la capacidad del Gobierno de Milei para alcanzar “cifras sólidas” en las próximas elecciones, aunque las mayores inquietudes se concentran en el precio del dólar y la evolución de las reservas del Banco Central. Fue el saldo que dejó las reuniones del banco estadounidense con más de 20 inversores individuales y un seminario virtual que reunió a más de 130 asistentes bajo el lema “It’s Time to Take a Look; Q&A on Macro and Equities”. A pesar del “renovado interés”, la exposición actual de los fondos consultados es “nula o muy baja”.
Mientras tanto, las reservas netas de divisas se mantienen en -8.800 millones de dólares, cerca de los niveles en los que se encontraban cuando el país firmó el último programa con el Fondo Monetario Internacional en abril, según una estimación de la consultora EcoGo citada por la agencia Bloomberg. Según el acuerdo, las reservas deberían haber ascendido a aproximadamente -2.900 millones de dólares para junio, según EcoGo.
La directora del FMI, Kristalina Georgieva, dejó en su comunicado algunos mensajes sobre el rumbo del programa, además del beneplácito por la implementación del programa. El primero es que el ancla fiscal continúa como el principal ancla de la política económica, con un mensaje sobre las iniciativas de la oposición en el Congreso para aumentar jubilaciones, reintroducir la moratoria y cambiar mecanismos de coparticipación: “Es importante garantizar que cualquier nueva iniciativa tributaria o de gasto esté financiada en su totalidad”.
Hubo otro mensaje al Gobierno sobre la necesidad de una política monetaria más estricta: “Para anclar aún más la desinflación, sigue siendo esencial una mayor claridad con respecto al régimen monetario a mediano plazo.
“Frente a los riesgos aún elevados, formular políticas con agilidad y preparar planes de contingencia sigue siendo esencial para proteger los objetivos del programa. La continua preparación y una comunicación clara de las políticas, así como también el apoyo social bien focalizado, serán fundamentales para ampliar el consenso social y político en torno al programa”, advirtió Georgieva.